domingo, 13 de diciembre de 2020

Felicitación Navideña

Con especial recuerdo para todos los amigos/as y compañeros/as fallecidos/as y, muy especialmente, para nuestro querido e inolvidable Sixto Torino García (q.e.p.d.), Asesor Jurídico y Fiscal Vitalicio, Florentino Recio Martín (q.e.p.d.), Vicepresidente Primero y Pedro Martínez Muñoz (q.e.p.d.), que fue Guardia del primer Curso de Tráfico y para los que, desgraciadamente,  sufren o han sufrido la Covid - 19.


jueves, 26 de noviembre de 2020

UN EXTREMEÑO

…los extremeños estuvieron presentes desde el comienzo en todas las empresas de colonización, sin que tardase mucho tiempo en notarse un trasiego de comerciantes, sirviendo como modelos del triunfador, que regresaba sin contar con aquella mayoría que se fueron y de los que nunca más se supo.

 

L

a idea de tierras descubiertas en la otra parte del océano por Cristóbal Colón, llegaron pronto a Extremadura. Rumores y charlas sobre la existencia de un nuevo mundo conquistado en gran medida por un paisano, como fue Hernán cortés, conquistador de tierras difíciles de imaginar para una población eminentemente campesina y ganadera con el escaso caudal de manejo  de dinero que dichos trabajos conllevan.

Solo se hablaba del Nuevo Mundo, desde la leyenda del Dorado hasta Jauja, en resumen, aquello que el hombre siempre ha deseado y deseará, esto es, riqueza, fantasía, paraíso y, en definitiva, la inmortalidad y el poder.

Pero no se puede catalogar al pueblo extremeño de cicatero, también veían en el Nuevo Mundo la posibilidad de crear una sociedad mas tolerante, menos opresora que la que los amos de las tierras ejercían sobre los jornaleros, Eso sin dejar de lado el mito de las amazonas, harenes, mujeres medio desnudas dispuestas a satisfacer a aquellos hombres solitarios al haber dejado la mayoría a las mujeres en España.

Fueron importantes también aquellos que marchaban para dar sentido a la cristiandad, Jerónimo de Mendieta, por ejemplo, lejos de lo que buscaban otros, como Ponce de León, la fuente de la eterna juventud, por no hablar de aquellos que soñaron con encontrar viejos mitos.

Lo que sí es cierto es que los extremeños estuvieron presentes desde el comienzo en todas las empresas de colonización, sin que tardase mucho tiempo en notarse un trasiego de comerciantes, sirviendo como modelos del triunfador, que regresaba sin contar con aquella mayoría que se fueron y de los que nunca más se supo.

No solo retornaron los comerciantes, otros extremeños consiguieron dinero y volvieron para establecerse acompañados no de esclavos, sino de sirvientes. No  era tarea fácil embarcar, además de los permisos correspondiente, estaba el dinero que costaba cada travesía.

Y así eran, y todo esto viene a colación para hacer ver la importancia de los extremeños en descubrimientos, batallas, como lo fue de aquel personaje, un extremeño nacido en Montemolín, un pueblo de la provincia de Badajoz y viene esto a cuento porque Martín Álvarez Galán fue un soldado ejemplar para todos, herencia tal vez de su abuelo por parte materna, un soldado que fue ascendido al perder un brazo en la batalla de Badajoz, aunque no hemos de dejar al lado la valentía del padre, carretero, cruzaba los campos en medio de bandidos y saqueadores, que era lo que mas abundaba en los caminos en estos tiempos, atacando a todo el que pasaba por aquellos lares.

Como sucedió aquel día en el que Martín, acompañado de su padre fue asaltado por unos bandoleros, sorprendiendo a estos de la valentía del joven y felicitando a su padre por tal motivo, recomendándole que lo mandara a la milicia. No lo hizo, siguió el trabajo de su progenitor cuando éste murió hasta que a la vuelta de uno de sus viajes se encontró con que su novia fue obligada a casarse con un pretendiente de dinero y también que estaba solo puesto que su madre había fallecido.

Dejó todo marchándose a Sevilla para alistarse en un regimiento de caballerías, sin embargo, tuvo la fortuna de encontrarse con marinos que estaban captando hombres para la Armada, uno de ellos el granadero García, le convención para que pasara a ser soldado de Infantería de Marina, tomo posesión el cinco de Abril de 1790 y de Sevilla fue enviado a Cádiz para el periodo de instrucción hasta que finalizado éste, en Septiembre de 1792 embarca como soldado en el navío Gallardo con base en Cartagena.

En esta época, España estaba aliada con los ingleses en guerra contra Robespierre, en plena Revolución Francesa y muerte de Luis XVI. A bordo de su buque fue enviado a la Isla de San Pedro para desalojar a los franceses de la misma y volver triunfantes a Cartagena. Embarca en 1794 en el San Carlos y en 1796 en el Santa Ana, un barco con cien cañones, aunque poco tiempo después fue enviado al San Nicolás de Bari, un barco mas pequeño que fue tomado por los ingleses. En la batalla, Martín, aguanta firme con la bandera en una mano y el sable en la otra. Se defiende hasta que es abatido a tiros.

Era costumbre en la mar, arrojar a los muertos al agua con una bala atada a los pies. Sin embargo, Nelson que había observado la batalla y por esto, el valor de este extremeño defendiendo su bandera, ordena que al soldado Martín Álvarez se le envuelva en la bandera que había defendido, cuando lo iban a arrojar al agua observan que aún vive, curándolo y desembarcándolo en Lagos, en el Algarve Portugués de donde consiguió huir para hacer saber a los jefes, que el San Nicolás de Bari no se rindió como era creencia, sino que fue defendido y tomada a sangre y fuego.

Fue ascendido por el Rey por el valor demostrado en la defensa de la bandera que defendía.


Reportaje publicado por el Alférez de Navío Don Francisco Bautista Gutiérrez en la Revista Tierra, Mar y Aire.
Facilitado por Juan Carricondo Asensio, Presidente Vitalicio y Socio fundador de la Asociación de Retirados de la Guardia Civil de Tráfico.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Celebración de la Virgen del Pilar

Imágenes del vídeo difundido por la VII Zona de la Guardia Civil,  con motivo de la festividad de su Patrona la Virgen del Pilar.





































miércoles, 7 de octubre de 2020

Comunicado de la 7ª Zona de la Guardia Civil

El 8 de febrero de 1913, Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII firmó la Orden por la que se proclamó Patrona de la Guardia Civil a Nuestra Señora del Pilar.

Durante los últimos 107 años, casi ininterrumpidamente, cada 12 de octubre o en fechas cercanas, la Guardia Civil de Cataluña ha celebrado la conmemoración de tal patronazgo en un acto en el que siempre nos han acompañado numerosas autoridades civiles y militares, así como una nutrida representación de la sociedad civil catalana.

Este tradicional encuentro anual nos ha permitido, no solo celebrar el día de la Virgen del Pilar, Patrona del Cuerpo, sino también estrechar los lazos con los ciudadanos a los que servimos, con otras instituciones, organismos o integrantes de otros cuerpos policiales.

Todas estas circunstancias han convertido la celebración de la Patrona de la Guardia Civil en una fecha señalada en nuestro calendario de manera muy singular; tanto es así que meses antes, diferentes equipos de trabajo aúnan esfuerzos, ilusión y toda su capacidad organizativa para que ese día sea percibido por aquellos que nos acompañan del modo tan especial como nosotros mismos lo sentimos.

El año que estamos viviendo lo recordaremos tristemente en el imaginario colectivo por las devastadoras consecuencias, sobre todo humanas, que la irrupción de la pandemia del COVID-19 ha traído consigo.

El escenario en el que nos encontramos en estos momentos, así como las diferentes consignas e instrucciones sanitarias, nos conducen, irremediablemente, a tomar la decisión de celebrar nuestra Patrona con un acto de régimen interior y sin invitados.

El mismo tendrá lugar, el próximo día 8, en el acuartelamiento sede de la 7ª Zona de la Guardia Civil en Barcelona, así como en cada una de las Comandancias dependientes de la misma; un acto que, lamentablemente, no revestirá el exclusivo aroma que sentimos al compartirlo con la sociedad de la que formamos parte.

En nuestro fuero interno, pese a la austeridad del mismo, lo celebraremos con el entusiasmo que merece nuestra Patrona y con la seguridad de que, pese a no poder compartirlo públicamente, cada uno de ustedes estará presente en nuestros pensamientos.

No obstante le señalo que el día 12 de octubre le será remitido un nuevo correo electrónico con un enlace desde el que podrá descargar un vídeo conmemorativo de la Guardia Civil de Cataluña.

Atentamente:

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Pedro Garrido Roca

General de Brigada

Jefe de la 7ª Zona de la Guardia Civil (C.A. de Cataluña)

 

martes, 8 de septiembre de 2020

Ismael Bellés, el Coronel de Tráfico muerto por Covid: Sus 40 años de servicio "íntegro" a la Guardia Civil

Fue ingresado en agosto en el hospital donde ha luchado por su vida. Sus tres hijos, desconsolados, agradecen la "maravillosa vida" que les dio.

Reportaje y fotos publicados en el diario "El Español"

La Guardia Civil está de luto. El coronel de la Agrupación de Tráfico de Madrid de la Benemérita, José Ismael Bellés Oliver, ha muerto este domingo como consecuencia de la Covid-19. Y es que el maldito virus se ha llevado a un hombre que había dedicado 40 años al Instituto Armado y cómo no, a España. La familia, entre lágrimas, llora su pérdida desde CastelloteTeruel, su pueblo natal.

“Era un padre ejemplar, ojalá sepamos ser así con nuestros hijos”, cuentan a EL ESPAÑOL TeresaIsmael y Gonzalo, quienes están “destrozados” por la pérdida de su padre, pero agradecen la “maravillosa vida” que les ha dado. El Instituto Armado también ha querido pronunciarse, pues pierde a un agente que destacaba por su “integridad y capacidad de dar ejemplo”, según el comandante Fernando Carrasco, quien atiende a este diario, con amabilidad, tras la pérdida de su compañero y amigo. Así fue la vida del coronel:

Nació en una familia con cuatro hijos que regentaba una pequeña tienda, por lo que Ismael Bellés (CastelloteTeruel1959) pasó su infancia tranquilo hasta que conoció el tricornio y quedó obnubilado por el verde de la Benemérita. La Guardia Civil ya era su pasión desde pequeño por lo que, cuando tenía 20 años, un joven Bellés inició, un 1 de marzo de 1980, su carrera en este Cuerpo. Su primer servicio fue en el Puesto de Alcolea de Cinca (Huesca).

El coronel Ismael Bellés, junto a sus tres hijos: Teresa, Ismael y Gonzalo. CEDIDA


Su trayectoria, de hecho, ha estado repleta de éxitos y ascensos. El coronel ha sido condecorado con “ocho felicitaciones individuales con anotación en la hoja de servicios, cuatro Cruces con distintivo blanco a la Orden del Mérito de la Guardia Civil, una Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco, una Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Encomienda y la Placa de la citada Orden”, según explica el comandante Fernando, un guardia civil muy cercano al coronel.

Pero el coronel Bellés no sólo ha destacado a nivel profesional, sino que, sus familiares, no dudan en decir que “ha sido muy dolorosa su pérdida”. Así lo ha explicado vía telefónica Teresa Bellés, la mayor de los tres hijos que ha dejado el coronel. La Covid-19 se lo ha llevado. Otra víctima más de esta brutal pandemia que sacude al mundo. De hecho, la pérdida del guardia civil ha sido un auténtico varapalo para la familia, ya que “no tenía ninguna patología previa, pero cogió el coronavirus y le atacó con virulencia”, según explican a este periódico fuentes de las Agrupación de Tráfico de Madrid, la unidad a la que estaba destinado Bellés.

Una vida con el tricornio

Pese a ello, el coronel Ismael Bellés ha dedicado 40 de sus 60 años a la Benemérita. Y es que, tras iniciar su carrera como guardia civil raso, pronto supo que no se rendiría y quedaría ahí. Iba a por más. Siempre a por más. “La perseverancia era una de sus cualidades definitorias”. Por ello, Bellés decidió opositar para el ámbito de la Guardia Civil de la Academia General Militar logrando graduarse tan sólo seis años después. Ya era teniente y no había cumplido, siquiera, los 26 años.

De hecho, como teniente, fue destinado a la Comandancia de Vizcaya, en Bilbao. Era 1986. Años duros y difíciles para ser guardia civil en el País Vasco. El terrorismo etarra no sólo tenía atemorizado al país, sino que, particularmente, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estaban en su punto de mira. El teniente Bellés cumplió, con creces, sus obligaciones en el País Vasco. Tuvo suerte, pues sobrevivió a aquellos duros años en los que ETA asesinaba a los agentes de la Benemérita cada poco tiempo.

El coronel Ismael Bellés con su uniforme de la Guardia Civil.

El coronel, sin embargo, aunque pudo sobrevivir al terrorismo etarra, no pudo superar  la Covid-19, la enfermedad que acabó con la vida de Bellés en poco más de un mes. “La presencia de Covid-19 le fue detectado a finales de julio a su ingreso en el Hospital Nuestra Señora de América mediante prueba PCR. A partir de ahí se le aplicó los protocolos y tratamientos habilitados para esta enfermedad”, explica el comandante Fernando, compañero del coronel desde hacía 15 años.

Pero Bellés no fue un guardia civil de un solo destino. Él iba donde le ordenara el Cuerpo, pues era “estricto en lo profesional”. Ello le llevó a conocer las plazas de TeruelLas PalmasZaragoza y Madrid, lugar en el que llegaría a ser Coronel Jefe de los Recursos Humanos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Un puesto de mando que el coronel ostentaría durante tantos años, hasta este domingo, día en el que el guardia civil perdía la vida.

Pese a todo, el coronel Bellés era un luchador que inspiraba “optimismo y confianza”. Desde la UCI, explicaba a sus compañeros su situación “con el humor característicos en él”. “Fernando, estoy hecho una pasa, pero esto va bien”, le explicaba el coronel a su a su amigo, el comandante Carrasco.

La formación, su pasión

El coronel Ismael Bellés no sólo ha dedicado su vida, dentro del Cuerpo, a la Guardia Civil en la multitud de destinos y grados que ha tenido, sino que quiso dejar un poso en los nuevos guardias civiles. Y es que al agente Bellés le importaba mucho “la enseñanza y la formación” de los nuevos agentes. Por ello, siempre estuvo dispuesto a transmitir su experiencia a los integrantes novatos del Instituto Armado. De esta manera, ingresó como profesor en la Academia General Militar, donde ha enseñado durante más de tres años.

Compaginaba este trabajo de docente con el de Coronel Jefe del Área de Recursos Humanos de la Guardia Civil, lugar donde era considerado una “pieza clave” que siempre se estaba cultivando a sí mismo. Y, también, “te mantenía constantemente formación con afán de mejorar tanto la Agrupación como a ti mismo”, explican sus compañeros. Como jefe era “exigente”, pero era el primero en dar la cara por sus hombres. “Sus subordinados sentían la seguridad de poder contar con su apoyo en caso necesario”, explica el comandante Fernando.

Una imagen de hace unos años del coronel Ismael Bellés y su familia en Bruselas. CEDIDA

De hecho, a su juicio, “su pérdida no será fácil de superar, dejando un gran vacío en su unidad”. La familia del coronel José Ismael Bellés Oliver va un paso más allá, ya que no estaban “preparados” para que se fuera. Fue todo muy rápido. Ahora, sus tres hijos le dicen con cariño a este medio que “sólo nos queda dar las gracias por haber tenido una maravillosa vida con él y la gran ventaja de seguir recordándole, queriéndole y aprendiendo de él”.


sábado, 29 de agosto de 2020

Aniversario de la Fundación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Homenaje a la Agrupación de Tráfico en su 61 aniversario de su fundación.

Fotografías extraídas del noticiero y documentales cinematográficos NO + DO


El Ministro de la Gobernación Teniente General Camilo Alonso Vega, inspeccionando a la recién creada Agrupación de Tráfico






En la Academia








Dos fotografías más de Pedro Martínez Muñoz
En la carretera



Accidente de Tráfico



Infracción grave en la carretera