sábado, 17 de julio de 2021

Anécdotas

Cedidas por nuestro buen amigo y compañero Juan Carricondo Asensio, Presidente Vitalicio y socio fundador de la Asociación de retirados de la Guardia Civil de Tráfico.


                      RADIO TRICORNIO VIEJO 

 
OCURRIÓ A UNA PAREJA DE MOTORISTAS

Una pareja de motoristas, al final del año 1960, comienzos de la Agrupación de Tráfico, se encontraba de servicio en una carretera local, sin asfaltar, llena de baches y con abundante polvo.

Observaron que una motocicleta, circulaba por la izquierda del sentido de su marcha, en un tramo recto.

Una vez parado el conductor, para hacerle saber la infracción cometida, le dijo a la pareja muy extrañado "¿no venía mi mujer conmigo?, y a continuación dijo muy nervioso y excitado, la he perdido", "déjenme que la busque por favor".

Lógicamente pensaron los compañeros, que sería una excusa para eludir la correspondiente sanción, por lo que una vez retenido su permiso de conducir, se le dejó ir a buscar a su esposa, como era su deseo. Cual sería la sorpresa de los motoristas, cuando a los diez minutos, apareció con la pasajera de la motocicleta llena de polvo y bastante magullada y como suele decirse, "pareciendo un pescado enharinado". Según comentó, en uno de los  baches salió despedida, sin darse cuenta que la había dejado atrás.

De no estar la pareja en dicho lugar, quizás habría llegado hasta su domicilio, sin pensar que su mujer habría quedado en el suelo y a varios kilómetros de distancia. Por suerte que dado el mal estado de la carretera, tenía que circular forzosamente a muy poca velocidad.

Los motoristas comprobaron que la acompañante no necesitaba asistencia médica alguna y en esta ocasión (no cumpliendo con la obligación de sancionarle), le dejaron continuar viaje, al considerar que era suficiente la experiencia que terminaba de tener J.C.A. (5º curso de Tráfico)


Anécdota enviada por mi amigo Antonio Valenciano: 

Pues toma nota de otra anécdota, también verídica, que tiene bastante similitud. En este caso no intervino ningún guardia. 

En aquellos tiempos de los años 30, mi tío Eubilio Garro, hermano de mi abuela paterna, tenía un Ford de aquellos que atrás tenían el "ahí te pudras", una portezuela en la trasera del coche, que cuando iba cerrada ocultaba el maletero y servía de soporte para llevar la rueda de repuesto en el exterior. Si abrías esta puerta, estaba tapizada interiormente y hacía de respaldo de un asiento auxiliar, situado en el maletero, donde podía ponerse una persona mayor o dos niños. Mi tío era médico, y por eso, en aquellos años, tenía la suerte y la necesidad de disponer de un coche para visitar a los enfermos y, lógicamente, también viajaba con la familia, que entonces era el matrimonio y dos hijas pequeñas. El matrimonio iba en el interior del vehículo y las dos rapaciñas atrás, en el "ahí te pudras". 

Un día, viajando de Béjar a Salamanca, y al llegar a su destino, se dan cuenta de que las niñas no están en el "ahí te pudras". Las habían perdido por el camino, pero ¿dónde y por qué? Pensad en el disgusto de ambos padres. ¿Qué había pasado? Mi tío, que tenía buen carácter y un magnífico sentido del humor, después de consolar a su mujer, no se lo pensó dos veces.


Dio la vuelta al coche, comenzó a desandar el camino recorrido y, al llegar a una
zona de baches, allí se encontró a sus dos hijas, en medio de la carretera. No les había pasado nada, aunque, como en el otro cuento, estaban cubiertas de polvo. Mi tía Eladia, que también tenía buen carácter, visto lo visto, y que nadie tenía la culpa, perdonó la vida a mi tío. En estos tiempos que vivimos, ante un acontecimiento semejante, no quiero ni pens
ar lo que habría pasado. La carretera no era ningún camino vecinal, sino nada menos que la N-630 (Ruta de la Plata), suficientemente conocida por todos los que hemos rodado "un poco". Pero en aquellos años los baches no perdonaban ni a su padre.


viernes, 9 de julio de 2021

Homenaje al Excmo. Señor Don Ramón Rueda Ratón


Desde este medio queremos rendirle un emotivo y merecido homenaje a nuestro buen amigo,  el General de División Excmo. Señor Don Ramón Rueda Ratón.

El General Rueda desde el año 1982, ha pasado por todos los empleos y unidades que componen la Agrupación de Tráfico (Destacamentos, Subsectores, Escuela y finalmente la Jefatura), habiendo estado destinado en Barcelona,  Navarra, Segovia, Valencia, Sevilla y Mérida.

Desde el día 5 de Agosto de 2017 hasta el 4 de Julio de 2021 (fecha en la que ha pasado a la situación de reserva), ha estado dirigiendo, con gran acierto, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Durante su carrera profesional ha recibido muchas condecoraciones, entre ellas la medalla del Mérito de la Guardia Civil y del Mérito Militar de la Seguridad Vial, en su categoría de Plata con distintivo azul.

Con fecha  27 de Enero del 2018, se le hizo entrega del Diploma que le distingue como Socio de Honor de la Asociación de Retirados de la Guardia Civil de Tráfico. El  acto estuvo presidido por el Excmo. Señor Don Ángel Gozalo Martín, Teniente General, Jefe de la VII zona de la Guardia Civil,  y al que asistieron también el Excmo. Señor Don Manuel Fernández Romero, General en situación de reserva y Presidente de Honor de la Asociación,  la Junta Directiva en pleno y el socio Pedro Martínez Muñoz, que fue Guardia de la primera promoción de tráfico, acompañados de sus respectivas esposas.

Al General Rueda Ratón, Zamorano de nacimiento, después de marcharse con la satisfacción del deber cumplido, le deseamos, tanto a él como a su familia,  mucha suerte en la nueva fase de su vida que ahora comienza  y que disfrute del tiempo extra que pasará con ellos.

Un fuerte abrazo y siempre a sus gratas órdenes.