Cedidas por nuestro buen amigo y compañero Juan Carricondo Asensio, Presidente Vitalicio y socio fundador de la Asociación de retirados de la Guardia Civil de Tráfico.
RADIO TRICORNIO VIEJO
Observaron que una motocicleta, circulaba por la izquierda del sentido de su marcha, en un tramo recto.
Una vez parado el conductor, para hacerle saber la infracción cometida, le dijo a la pareja muy extrañado "¿no venía mi mujer conmigo?, y a continuación dijo muy nervioso y excitado, la he perdido", "déjenme que la busque por favor".
De no estar la pareja en dicho lugar, quizás habría llegado hasta su domicilio, sin pensar que su mujer habría quedado en el suelo y a varios kilómetros de distancia. Por suerte que dado el mal estado de la carretera, tenía que circular forzosamente a muy poca velocidad.
Los motoristas comprobaron que la acompañante no necesitaba asistencia médica alguna y en esta ocasión (no cumpliendo con la obligación de sancionarle), le dejaron continuar viaje, al considerar que era suficiente la experiencia que terminaba de tener J.C.A. (5º curso de Tráfico)
Anécdota enviada por mi amigo Antonio Valenciano:
Pues toma nota de otra anécdota, también verídica, que tiene bastante similitud. En este caso no intervino ningún guardia.
En aquellos tiempos de los años 30, mi tío Eubilio Garro, hermano de mi abuela paterna, tenía un Ford de aquellos que atrás tenían el "ahí te pudras", una portezuela en la trasera del coche, que cuando iba cerrada ocultaba el maletero y servía de soporte para llevar la rueda de repuesto en el exterior. Si abrías esta puerta, estaba tapizada interiormente y hacía de respaldo de un asiento auxiliar, situado en el maletero, donde podía ponerse una persona mayor o dos niños. Mi tío era médico, y por eso, en aquellos años, tenía la suerte y la necesidad de disponer de un coche para visitar a los enfermos y, lógicamente, también viajaba con la familia, que entonces era el matrimonio y dos hijas pequeñas. El matrimonio iba en el interior del vehículo y las dos rapaciñas atrás, en el "ahí te pudras".
Un día, viajando de Béjar a Salamanca, y al llegar a su destino, se dan cuenta de que las niñas no están en el "ahí te pudras". Las habían perdido por el camino, pero ¿dónde y por qué? Pensad en el disgusto de ambos padres. ¿Qué había pasado? Mi tío, que tenía buen carácter y un magnífico sentido del humor, después de consolar a su mujer, no se lo pensó dos veces.
Dio la vuelta al coche, comenzó a desandar el camino recorrido y, al llegar a una zona de baches, allí se encontró a sus dos hijas, en medio de la carretera. No les había pasado nada, aunque, como en el otro cuento, estaban cubiertas de polvo. Mi tía Eladia, que también tenía buen carácter, visto lo visto, y que nadie tenía la culpa, perdonó la vida a mi tío. En estos tiempos que vivimos, ante un acontecimiento semejante, no quiero ni pensar lo que habría pasado. La carretera no era ningún camino vecinal, sino nada menos que la N-630 (Ruta de la Plata), suficientemente conocida por todos los que hemos rodado "un poco". Pero en aquellos años los baches no perdonaban ni a su padre.




Quiero dar las gracias a mi amigo Antonio Valenciano, por permitir la publicación de ésta anécdota, ocurrida a un familiar suyo en nuestro blogs , que me resulta muy interesante y sorprendente , ya que podría haber terminado en tragedia , pero por suerte la velocidad de los vehículos en aquellos tiempos , no son como las actuales y afortunadamente se pudo contar.
ResponderEliminarGracias también a nuestro compañero Luciano, por todo lo que nos envía, esperando pueda hacerlo durante muchos años.
Animo a los compañeros, que indudablemente habrán vivido a lo largo de sus años de servicio en la Agrupación de Tráfico, alguna anécdota interesante y que a todos nos gustaría saber.
Como habréis podido deducir ,un servidor es uno de los componentes de la pareja de motoristas que se cuenta en el primer caso.
Aprovecho para enviar un abrazo a todos los compañeros y desear paséis unas buenas vacaciones .
Me uno a lo dicho por nuestro querido compañero Carricondo y como fiel lector de lo publicado por el incansable trabajador y compañero Luciano te doy las gracias y te animo a seguir deleitándonos con tus publicaciones.
ResponderEliminarFuerte abrazo a todos los compañeros y no añado lo de las vacaciones por que las nuestras son todo el año aunque permanezcamos en nuestros domicilios, reconociendo que viene bien cambiar de aires.