Publicado por Viajes National Geographic
JUDERÍA DE GIRONA
La Pujada de Sant Domènec, en el call (del latín callis, conjunto de calles estrechas) de Girona, es uno de los rincones más hermosos de su judería. Activa entre los siglos X al XV, acogió la segunda comunidad judía en número de Cataluña, después de la de Barcelona. A pesar de que hace siglos que los judíos fueron expulsados del barrio antiguo de la ciudad, su trazado y el entramado de empinadas callejuelas todavía recuerda el aspecto que ofrecía en la Edad Media. Durante su momento de esplendor, el barrio judío contaba con carnicería, pescadería, horno, talleres de sastres, zapateros, tejedores, barberos, consultorios de médicos y astrólogos, además de una reconocida escuela cabalística y varias sinagogas. En el solar de una de ellas se encuentra hoy el Centre Bonastruç ça Porta, sede del Museo de Historia de los Judíos de Girona.
IGLESIA DE SAN VICENTE, ÁVILA
Los orígenes de la iglesia de San Vicente conectan la historia de la ciudad con la presencia judía. Cuenta una leyenda que, tras haber sido mordido por una serpiente venenosa, la víctima, un judío, prometió a Dios convertirse al cristianismo si conseguía curarse. Como se salvó, construyó él mismo el templo primitivo que se convertiría en esta iglesia. A pesar de que los testimonios arquitectónicos que quedan en pie en la judería de Ávila son escasos, aún se pueden recorrer calles como la de los Reyes Católicos, donde había instalados numerosos comercios judíos y la sinagoga de Belfarad, o la antigua calle de los Zapateros –hoy Vallespín– en referencia a uno de los oficios más extendidos entre la comunidad sefardí.
JUDERÍA DE PLASENCIA (CÁCERES)
Los de Cáceres la llaman “la perla del Jerte”. Y basta ver donde se ubica, en un paisaje de cerezos junto al río, para ver que no es una exageración. Pero no hay que dejar que el cercano Valle del Jerte quite protagonismo a la belleza monumental de Plasencia, donde los rasgos de las antiguas juderías son aún visibles. Y es que los sefardíes están presentes en la ciudad desde poco después que Alfonso VIII de Castilla la dotara con un Fuero para facilitar la repoblación de la zona. Vivió su época dorada en el S XII, cuando los judíos ocuparon principalmente las calles de Trujillo y Zapatería y también en la Plaza Mayor. Parte de ese ambiente se siente aún hoy en día recorriendo las serpenteantes calles. Pero, la joya de la judería de Plasencia es el cementerio judío. Tal como dictan las leyes talmúdicas, se encuentra en una ladera, en pendiente, en un terreno virgen mirando a Jerusalén.
ALJAMA DE SANTA CRUZ, SEVILLA
La mayoría de historiadores coinciden en que la judería sevillana es, posiblemente, una de las más antiguas de la Península Ibérica. El barrio vivió su apogeo en el siglo XIII y tuvo tres sinagogas, las actuales iglesias de Santa María la Blanca, San Bartolomé y otra ubicada en lo que hoy es la Plaza de la Santa Cruz. Una de las calles más icónicas del barrio de la Santa Cruz es la calle de la Judería, donde se pueden contemplar el arco y el torreón que formaban parte de la puerta que comunicaba el Alcázar con el barrio judío.
JUDERÍA DE TARAZONA (zaragoza)
La costa valenciana de Sagunto es famosa por su ambiente veraniego, pero algo más al interior está en núcleo antiguo de la ciudad, un museo al aire libre que concentra más de 2.000 millones de años de historia, desde la época de los romanos. Precisamente ya en la Sagunto romana había presencia judía, tal como demuestran dos láminas de plomo en las que se lee el nombre de Dios –Iao– en caracteres hebreos. Fueron encontradas en el castillo y serían la prueba más antigua de la existencia de una comunidad judía en España. La icónica Puerta de la Sangre (popularmente, Portalet de la Judería) es la entrada al antiguo barrio judío. Vale la pena pasear por este bello escenario de callejuelas, plazoletas, casas encaladas y ventanas ojivales. El edificio más importante es la casa de la aljama, también conocida como Casa de los Berenguer. Durante parte de la Edad Media esta fue la residencia del clavario de la aljama, el responsable económico de la comunidad. Junto a ella estaba la sinagoga, hoy desaparecida.
JUDERÍA DE CÓRDOBA
En la Córdoba del siglo X, la cultura judaica vivió su Edad de Oro en la Península. Además de ser la cuna del reconocido médico y filósofo judío Maimónides, la judería cordobesa tiene su origen en tiempos del Imperio romano, aunque su momento de mayor esplendor tuvo lugar durante la dominación musulmana. Tras la conquista cristiana de la ciudad los judío se establecieron cerca del Alcázar. La calles estrechas y los patios interiores son dos elementos característicos del barrio en el que también se pueden visitar la Casa de Sefarad, la Casa del Judío, una sinagoga, la calle de los Judíos o el cementerio. Un conjunto que reconstruye a la perfección la vida y la historia de la comunidad judía en Córdoba.
JUDERÍA AMURALLADA DE CÁCERES
La presencia judía en la ciudad extremeña se remonta a la dominación musulmana, allá por el siglo XIII. El barrio de la judería se encuentra dentro de las murallas del centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, junto a la Plaza Mayor. La antigua sinagoga mayor es hoy la actual ermita de San Antonio, y el barrio del mismo nombre constituía la antigua aljama, caracterizada por las fuertes pendientes de sus estrechas calles.
PLAZA TRASCORRALES, OVIEDO
La abundancia de documentos que describen la vida de la comunidad judía en la capital asturiana compensa la escasez de testimonios arquitectónicos que nos han llegado hasta la actualidad. Uno de estos documentos clave son las Ordenanzas, de 1274, que obligaban a los judíos a vivir en los límites del barrio de Socastiello, cuyas estrechas calles son el mejor testigo. En la plaza de Trascorrales, en la Ciudad vieja, se halla el edificio de las pescaderías, probablemente relacionado con los judíos, y la antigua carnicería, donde la comunidad hebrea conseguía la carne kósher.
JUDERÍA DE TUI,(PONTEVEDRA)
Es difícil encontrar registro escrito de los judíos en Tui antes del S. XV pero los historiadores creen que a pesar de ello, su presencia se remonta a mucho antes, al S. XIII. Ya entonces el núcleo original de una judería estaba en las cercanías de la sinagoga, en la calle Oliveira -actual calle Las Monjas- con lo que compartiría un nombre bastante común en juderías portuguesas, y posteriormente en la cercana calle de Canicouba, que es la actual Obispo Castañón. Estas dos calles mantienen en buena parte intacto el trazado y el encanto medievales. Hay dos elementos de gran importancia. El primero es una menorá grabada en una de las piedras del claustro de la catedral que sirve de prueba de la presencia de comunidad judía ya en el S. XIII. El segundo, los sambenitos que se encuentran en la catedral. Se trata de un conjunto de cinco lienzos únicos en toda Europa en los que se nombra a 14 penitenciados entres los años 1617 y 1621.
SINAGOGA DE SANTA MARIA LA BLANCA, TOLEDO
La que se considera la antigua sinagoga Mayor de Toledo es uno de los mayores símbolos de la presencia judía en la célebre ciudad de las Tres Culturas. Se cree que fue construida en el siglo XII, durante el reinado de Alfonso VIII, con una fuerte influencia del arte nazarí. La presencia judía en Toledo es fechada, al menos, desde el periodo visigodo, y en su máximo momento de apogeo llegó a albergar hasta diez sinagogas. Actualmente, ocupa casi el 10% del espacio urbano y la mejor manera de descubrirla es dejarse perder por su intrincado laberinto de calles.
CATEDRAL DE SANTA MARÍA, TUDELA (NAVARRA)
La judería vieja y la judería nueva de Tudela son testimonio de la larga presencia judía de este municipio navarro, que tuvo sus inicios en el siglo IX. Fundada en el año 802, en ella convivieron, durante más de 400 años, musulmanes, judíos y mozárabes, quienes imprimieron a la ciudad un mestizaje cultural reflejado en sus monumentos y en el trazado de sus callejas retorcidas, pasadizos, murallas y atalayas. Alrededor de la catedral de Santa María convivían dos barrios judíos y una morería. Además de varias sinagogas, recientemente se ha localizado un cementerio judío.
LA PERLA DE SEFARAD, LUCENA (CÓRDOBA)
La cordobesa Lucena acogió entre los siglos IX al XII una de las comunidades judías más prósperas, por lo que su enclave era conocido como la Perla de Sefarad. El lugar llegó a acoger una afamada academia de estudios talmúdicos donde se estudiaba el Talmud, libro que contiene la tradición, doctrinas, ceremonias y preceptos de la religión judía, y que fue un punto de reunión de intelectuales, filósofos, poetas y médicos de la época. El célebre Jehudá ha Leví e incluso Maimónides, entre otros eruditos y rabinos, vivieron aquí. Lucena posee además el mayor cementerio judío de Europa, del que en 2006 se documentaron más de 300 tumbas.
JUDERÍA DE HERVÁS (CÁCERES)
El pueblo extremeño de Hervás, donde los sefardís introdujeron la viticultura, tiene una de las aljamas medievales mejor conservadas de España. En el siglo XIII, la villa acogió a los judíos que huían del sur de la Península donde eran perseguidos. Su presencia trajo prosperidad al pueblo, en especial gracias al cultivo de la vid. Sus casas tenían en la planta baja la bodega y la cuadra, en el primer piso las habitaciones y, arriba, el granero y la cocina. Hoy la visita a esta villa cacereña del valle del río Ambroz permite evocar la fisonomía de las antiguas juderías, gracias a la preservación de su laberinto de calles empedradas y casas con entramados de madera de castaño, que acompañan la visita hasta culminar en la iglesia renacentista de Santa María de Aguas Vivas.
XUDERÍA DE RIBADAVIA (OURENSE)
Ubicado junto a la orilla del río Avia, el barrio judío de este municipio gallego se formó en torno a los siglos XII y XIII. La mayor parte de sus habitantes eran mercaderes, cuyos negocios se instalaban en los bajos de las casas para resguardar los productos del calor y asegurar así una mejor conservación de los mismos. Los elementos más característicos que todavía se conservan en esta xudería son las largas y estrechas calles, así como las plazas porticadas y los patios rodeados de fachadas.
JUDERÍAS MÁS BONITAS DE PORTUGAL
Ubicado en pleno Parque Natural de la Sierra de San Mamés, Castelo de Vide se esparce por la falda de la montaña como un manto blanco en el que la iglesia y el castillo destacan sobre los tejados naranjas. Aquí se encuentra la que posiblemente fue la última judería en fundarse de la península Ibérica. Entre 1492 y 1497 se vivió una especie de fiebre inmobiliaria y se construyó un centenar de casas para dar cobijo a las familias judías procedentes de España. La mejor forma de conocer la judería de Castelo de Vide es caminando. Eso sí, habrá que armarse de paciencia, que estas son calles empedradas y en pendiente. Las calles da Fonte, do Mercado, do Mestre Jorge o dos Serralheiros son algunas por las que se desarrolla la antigua judería. Que no sorprenda encontrar una Rúa das Espinosas, pues según dicen el gran filósofo Spinoza fue descendiente de un antiguo habitante de la villa. Para más datos, hay que pasar por el Museo de la Sinagoga, donde se han mantenido las dos salas originales, una para hombres y otra para mujeres.
TRANCOSO
Su ubicación estratégica y su escénico castillo, hizo de Trancoso uno de los pueblos clave en el tira y afloja bélico que acabó formando la frontera con el Reino de España. Para cuando llegó la expulsión de los judíos por parte de los Reyes Católicos, muchos aprovecharon la cercanía de Trancoso para asentarse. De ahí que hasta el pueblo llegara una importante comunidad judía a lo largo del S. XV que contribuyó en gran medida al desarrollo del comercio en la zona. Su testimonio aún es visible si se observa con cierta atención las casas, en las que se aprecian las numerosas marcas, candelabros, cruces, estrellas de David y palabras hebreas. Todo ello hace que pasear por esta villa medieval tenga algo de juego: ir a la búsqueda de las marcas ocultas. Completa el trayecto el Centro de Interpretación de la Cultura Judaica Isaac Cardoso.
GUARDA
Tal vez se note en el respirar que esta es la ciudad enclavada a mayor altura de Portugal. También se la conoce por ser la “ciudad de las cinco F”: “Farta, Forte, Fria, Fiel e Formosa” (satisfecha, fuerte, fría, leal y hermosa). Y aún más, la sinagoga de Guarda está considerada como la más antigua de las que hay en Portugal. La entrada principal a la judería se halla en Quatro Quinas (4 esquinas ), el punto donde, como si se tratara de una prueba iniciática, convergen tres calles que se cruzan y forman cuatro esquinas. Intramuros, el antiguo barrio judío albergó una de las principales comunidades judías de Portugal. La mayoría comerciantes, construyeron sus casas siguiendo un patrón aún muy evidente: tenían dos puertas; la más amplia conducía al comercio, mientras que la puerta más pequeña daba acceso a la residencia familiar. En muchas de ellas aún se distinguen las cruces realizadas para indicar que en ellas habitaban “nuevos cristianos”.
BELMONTE
Con el edicto de expulsión del rey D. Manuel, algunas comunidades prefirieron quedarse sin hacerse muy visibles. De ahí que Belmonte sea seguramente el lugar donde la presencia judaica es mayor en la actualidad. No en vano, la cultura y tradición hebreas permanecen aquí desde la Edad Media. Al llegar al pueblo, se sube al castillo por la avenida que toma nombre de su hijo pródigo, Pedro Alvares Cabral, descubridor de Brasil. Desde allí, se bajará por el entramado de calles de la antigua judería, captando la atmósfera de una aldea histórica. Muy cerca del Museo dos Descubrimientos, está el Museo Judaico. Destacan las casas entre las calles Direita y Fonte da Rosa, con sus singulares umbrales de granito, muchos de los cuales aún conservan las marcas secretas de una sociedad que vivió en secreto sus creencias.




















Muy interesante, los artículos de la publicación de " Las Juderías" y estupendas fotos .
ResponderEliminarYo solo conozco la de Gerona y la verdad es que me gustó mucho , con sus calles estrechas y originales y sobre todo , cuando llevas a un guía que te va dando explicaciones del recorrido .
Muchas gracias Luciano por todo lo que vamos viendo y que no ayuda a pasar un rato agradable con su lectura.
Tenemos necesidad de hacer excursiones y habrá que ir pensando " por donde hemos de empezar" y con la esperanza , que el virus con la vacuna empiece a desaparecer lo antes posible y podamos llevar una vida con toda normalidad.
Un fuerte abrazo para todos los compañeros y cuidaros.