Seguimos con
la descripción de las Casas-cuarteles que fuimos habitando.
Al fin, en el
año 1953 fue destinado mi padre a nuestra Rioja y dejamos la aldea de
Fuenteovejuna. En La Rioja estuvimos en tres cuarteles, de tres puestos
distintos. En los dos primeros no permanecimos más de 3 meses en cada uno
y, en el último, Zarratón, nos estabilizamos un poco más duramos tres
años y, desde allí, partí yo para mi aventura en la Guardia Civil en enero del
1957 con 19 años.
El primer
puesto de destino en La Rioja fue Villoslada de Cameros. Aquí ya podemos decir
que era una Casa-Cuartel mas adecuada a su destino, aunque no dejaba de ser una
gran casona de tres pisos, propiedad del Ayuntamiento y adecuada algo a su
cometido.
¡¡Albricias¡¡ aquí teníamos agua corriente y
un wáter por cada pabellón. Aquello era una novedad muy grande para mi y para
mi familia en general.
Aunque ya he descrito en otro Radio tricornio las características del Puesto de Villoslada, aquí simplemente diré que era un pueblo rico, tenían grandes extensiones de monte comunal y anualmente hacían cortas de árboles, que le repercutían al Ayuntamiento millones de pesetas. Por eso no se pagaban impuesto, se hacía cargo de todos el Ayuntamiento. ¡Ah ¡ , el alcalde era un Cabo 1º de la Guardia Civil Retirado.
En Casalarreina, había lo que se puede decir una Casa-Cuartel de verdad, era de nueva construcción por el Estado. Tenía de todo en cada pabellón, agua corriente, servicios individuales y teléfono en el cuarto de puerta. Había un patio interior que daba a lo que anteriormente fuera una cuadra de caballos, que convenientemente dividida servía para que cada uno de los componentes del Puesto, pudiese tener su grupo de gallinas. Esta Casa-cuartel era de construcción clásica, gemela a muchas otras de parecidas dimensiones. Tenía al exterior en cada esquina del edificio una tronera o defensa con unas mirillas para poder disparar desde el interior, a estos pequeños lugares se entraba desde los pabellones correspondientes. La Casa-cuartel de la foto es de características idénticas a las de Casalarreina.
Esta Casa-Cuartel daba a la carretera que iba desde esta localidad hasta Haro y como anécdota digna de reseñar, diré que pasados unos años, estando yo ya destinado como Guardia Civil en Fuenterrabía (Guipúzcoa) y mi padre en otra localidad, esta Casa-Cuartel fue en parte volada por un grave atentado con bomba por ETA, que milagrosamente no produjo victima alguna. Posteriormente se construyó otra nueva Casa-Cuartel en el mismo lugar, de características más modernas, y es la que perdura en la actualidad.
Por desgracia, solamente permaneció mi padre en esta localidad de Casalarreina, unos 4 meses, pues en el pueblo cercano de Zarratón (unos 5 km) ocurrió un grave altercado con disparos de escopeta entre grupos de personas, y la actuación del Comandante de Puesto no debió ser todo lo acertado que debiera y el Jefe de la Comandancia, propuso a mi padre para que fuese destinado a dicha localidad y relevase al referido Comandante de Puesto, que fue destinado a otra localidad. Y allí nos trasladamos sobre el año 1954. La distancia de esa localidad hasta Haro era también de unos 6 km. por lo que yo pude seguir acudiendo en bicicleta a la Academia donde estaba matriculado.
Zarratón, en euskera significa según unos Zarra “viejo” y ton “mucho” o “muy” y según otros autores “allá en lo “alto”(allá en lo alto, pues el pueblo está en una pequeña colina, vista desde varios kilómetros alrededor), fue nuestro nuevo destino. Tengo que decir que perdimos calidad de vida, pues nuevamente volvimos a no tener agua corriente en los pabellones, que había que traer en calderos u otros utensilios desde unos 600 metros. Tampoco teníamos servicios individuales, excepto el pabellón del Comandante de Puesto (o sea el nuestro) que a la salida del pabellón en el descansillo de la escalera teníamos el llamado “ “wáter” (Un simple agujero en un tablón grande , que bajaba hasta un pozo ciego). Para el resto de los otros cinco pabellones había otros 2 Wateres” para uso común.
El Cuartel
era una casa particular con tres pisos y
cinco pabellones, uno de ellos tenia la cocina en el vestíbulo de entrada al
cuartel y las habitaciones en el primer piso. Esta cocina estaba a la izquierda
según se entraba y a la derecha estaba el “cuarto de puertas”, donde había una
mesa rectangular de madera de unos 2 m. de larga por 1,30 de ancha, y dos
bancos alargados del mismo material, con un viejo armario en una de sus
paredes, que servía de archivo del Puesto ¡Ah¡ se me olvidaba, también había un
cuadro, en una de las paredes, del
Director General Camilo Alonso Vega, vestido de Coronel de la Guardia Civil.
Los pisos no
estaban mal (según nuestro criterio). Todos tenían, menos el primero como hemos
dicho, su cocina de carbón o leña y tres habitaciones. Por supuesto no había
ascensor, ni teléfono. Todos los pisos tenían alguna ventana a la calle o al
campo si daban en la parte trasera
En la parte exterior del propio edificio, a la izquierda de la puerta de entrada a la casa-cuartel, había un gran local, que retenía el dueño para almacén de grano, en la época de la trilla y cosecha.
Hasta aquí, he narrado en diferentes momentos, las características de las Casas-Cuarteles, mientas viví con mis padres. Como quiera desde esta localidad de Zarratón, marché a la Academia Regional de Sabadell y de allí ya salí destinado como Guardia Civil, a partir de ahora narraré, alguna de las Casas-cuarteles que me toco vivir ya como perteneciente de derecho a la Benemérita
Julián Ruiz-Cantabrana Díez



Como gusta leer estas historietas reales de nuestros compañeros, yo soy mas moderno pero también sufrí las penurias que narras Julián, me toco vivir en cuarteles donde en el interior de la habitación se helaba el agua y la única calefacción que existía era en el cuarto de puertas con una estufa de serrín que debía cargar el propio guardia.
ResponderEliminarSe pasaba mal pero éramos jóvenes y podíamos con todo.
Muchas gracias y fuerte abrazo para todos.