LA FORTIFICACIÓN DE PEÑÍSCOLA Y LA TORRE DEL BADUM
Doctor en Historia. Académico correspondiente
de las Reales Academias de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de
Granada, de Alfonso X el Sabio de Murcia y de Bellas Artes de San Fernando y de la
Historia, ambas de Madrid.
Artículo resultante de la ampliación de una conferencia dictada el 18-11-2021 en la Asociación Española de Amigos de los Castillos (A.E.A.C.) de Barcelona.
Un peñón
fortificado

Peñíscola también figura en la documentación consultada como Paníscola, Panízcola y Peníscola,
población de la costa de Castellón de la Plana que el presbítero ilustrado, Antonio Josef Cavanilles, describió hacia 1795 como
un [Cavanilles 1991,
40-41]:
“Peñón que entra en el mar, del
cual está rodeado por todas partes, excepción de la estrecha lengua por donde
queda unido al continente. No pocas veces forma una isla perfecta cuando
enfurecido el mar salen sus hinchadas olas y cubren dicha lengua de tierra”.
El conde de Oropesa, virrey de Valencia, en carta
remitida el 29-8-1648 al monarca definió Peñíscola como [A.C.A. C. A.: Leg. 605, d. 35/4-5]:
“Una
plaça metida en el mar, incapaz de guarniçión tan gruessa que pueda dar cuidado
al enemigo dejarla a las espaldas y que se comunica con la tierra por un passo
tan estrecho que con muy limitada fuerça podría embaraçar que saliese de ella
un hombre a ofenderle”.
Aunque probablemente albergara poblaciones anteriores, se intenta identificar en su solar el topónimo griego Quersonesos que citan Estrabón y Rufo Festo Avieno, que sería establecimiento fenicio, griego y romano. Durante la edad media fue población musulmana entre los años 718 y 1233, apareciendo citado en el siglo XII en las rutas de al-Edrisí.
Peñíscola
en la corona de Aragón
Jaime I fracasó en su intento de apoderarse de
Peñíscola, iniciado el 1-10-1225, pues tras diversas correrías en las que taló
los campos e incendió los caseríos próximos, hubo de levantar el asedio. El año
1233 logró apoderarse de ella. EL 28-1-1250 se le otorgó carta puebla con fuero
de Valencia a Arnaldo de Cardona y otros.
03. Entrada al castillo de Peñíscola con cenefa decorativa centrada por la cruz templaria y los cardos, emblema del maestre Berenguer de Cardona (1291-1307), y el rayado de Arnau de Banyuls, comendador de la orden del Temple. Colección A.G.A.Peñíscola perteneció a la orden de Temple entre los
años 1294 y 1307, en que fueron apresados buena parte de sus miembros, disolviéndose
la orden el 22-3-1312 por el papa Clemente V (1305-1314) con la bula Vox
clamantis. Durante dicho periodo fue erigido el castillo templario por
iniciativa de su gran maestre Berenguer de Cardona (1291-1307), cuyo escudo heráldico aparece en la fortaleza, junto
al de Arnau de Banyuls, su comendador y al de la propia orden.
A causa de la abolición de la orden del Temple, entre
los años 1307-1319 Peñíscola fue realengo, hasta que Jaime II (1291-1327) la
entregó a la orden de Montesa, promovida por el monarca y aprobada el año 1317por
el papa Juan XXII (1316-1334) por las bulas Ad fructus uberes, Non
dubitamus fili y Porrecta nuper nobis, aunque su creación efectiva
se produjo el año 1319, dos años más tarde [López-Peláez Casellas 2018, 48-111.
Masoliver Masoliver1999, II, 140].
Bajo el mandato de Guillem d’Erill, primer maestre,
se acometieron importantes obras para reforzar su fortificación.
De gran trascendencia para Peñíscola fue que, en el marco del cisma de Occidente, el 28-9-1394 el cardenal Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor fue elegido en Avignon papa con el nombre de Benedicto XIII; sería consagrado el 11-10-1394, iniciando un pontificado que duró nueve años, hasta el año 1403, en que hubo de abandonar la ciudad de Avignon [Febrer Ibáñez 1924, 193].
Siglo XV
El año de 1411 el maestre Romeo de Corbera (1410-1445) donaría el castillo a Benedicto XIII, el Papa Luna, que residió en ella, entre el 1-12-1415, tras su condena como hereje y antipapa por el X Concilio de Constanza. Falleció en Peñíscola el 23-5-1423, tenía 90 años, de los cuales los últimos 29 habían tenido la condición de papa y de ellos durante los últimos ocho se vio obligado a encerrarse en Peñíscola [Simó Castillo 2009-2010, 151-193].
05. Escudo del citado papa Benedicto XIII, papa Luna, en el portal de san Pedro de Peñíscola. Colección A.G.A.
Días más tarde, el 8-6-1423 el cardenal Gil Sánchez
Muñoz fue nombrado papa, adoptando el nombre de Clemente VIII, pero el
26-7-1429 renunció al papado, poniendo fin al Cisma de Occidente, durante el
cual llegó a haber tres papas simultáneamente (Benedicto XIII, Juan XXIII y
Gregorio XII) [Febrer Ibáñez 1924, 193-198].
Nuevamente en poder de la corona, en 1441 vendió la fortaleza de Peñíscola a la orden de Montesa por 150.000 sueldos. Fernando el Católico reconoció el derecho y propiedad de la orden en 1479, pero en 1488 declaró nula la concesión y, previa devolución a la citada orden de Montesa del precio recibido, reincorporó la población a la corona [Sánchez Jiménez 1995, 253-254].
SIGLO
XVI 1536-1538
Tras
haberse mantenido fiel a la monarquía durante la rebelión de las Germanías,
reinaba Carlos I cuando el año 1534 Joan de Cevelló proyectó el refuerzo de las
murallas de Peñíscola, pues a pesar de la fortaleza de su enclave, las murallas
eran a la antigua y con demasiadas torres inútiles, por su excesiva altura,
escasa consistencia y. sobre todo, sin capacidad para artillería, por lo que el
ingeniero propuso: derribar o reformar diversas torres, reforzar los muros para
instalar de artillería y levantar en el lienzo del istmo dos gruesos torreones,
que Cervelló denomino baluartes, con cuatro troneras bajas y cinco altas para
disparar con mosquetes. Las obras se iniciaron el 16-10-1536 y finalizaron el
22-10-1538, cuando sólo se había construido uno de los baluartes proyectados, la
construcción del otro obligaba al derribo de un tramo de muralla, por lo que
quedó pospuesto. El coste de la obra, que fue supervisada personalmente por
Cervelló, se elevó a 4.000 ducados, a los que hubo que sumar los cerca de 2.000
ducados a que ascendió la guarnición que la custodió, y los 400 jornales fueron
sufragados por la villa [Hernández Ruano 2014, 29-30. Pardo Molero 2000,
153-155].
Ya durante el reinado de Felipe II, hacia, 1563
Viciana indicó que Peñíscola contaba con 240 casas de vecinos al amparo de su
castillo [Viciana 2002, 392].
En el discurso sobre la fortificación del reino de
Valencia fechado el 30-3-1563 por
el maestre racional y Juan Bautista Antonelli se indicó que Peníscola se había de fortificar
dotándolo de artillería, por ser lugar muy fuerte y problemático para expulsar
a los enemigos, si se apoderasen de aquella plaza; años más tarde el citado
Antonelli recordó que Paníscola estaba reparada
a la antigua, aunque en los años anteriores a su visita habían hecho, sin
entendimiento, a su criterio, un cubo redondo y unas paredes [A.G.S. Estado: Leg. 329-I, d. 13,
f. 9. A.G.S. G.A.: Leg. 72, d. 182. Gil Albarracín 2019, I,
412, II, 1211].
En una evaluación de lo que ascenderían los planes de refuerzo de dicha plaza y su artillado a propuesta de Juan Bautista Antonelli la fortificación de Paníscola y la dotación de 2 piezas gruesas, 2 medianas y 24 mosquetes costaría 4.000 ducados más los jornales aportados por el pueblo, pero dichas obras y dotaciones no fueron acometidas [A.G.S. Estado: Leg. 141, 170. Gil Albarracín 2019, I, 412, II, 1223].
Vespasiano
Gonzaga Colonna y Bautista Antonelli
Vespasiano Gonzaga Colonna (Fondi, 6-12-1531-Sabbioneta, 25-2-1591), aristócrata italiano al servicio de España, quedó huérfano de padre el 2-12-1532, siendo educado por su tía Julia Gonzaga, que le proporcionó una brillante formación humanística. Construyó de nueva planta la ciudad renacentista de Sabbioneta, hoy declarada Patrimonio de la Humanidad por la U.N.E.S.C.O. [Gil Albarracín 2018,22-30].
. 06. Escultura ecuestre de Vespasiano Gonzaga Colonna, madera policromada de autor veneciano no identificado, 1587. Palazzo Ducale, Sabbioneta. Colección A.G.A.
07. Detalle de Vespasiano Gonzaga Colonna, condecorado con el collar de la orden del Toisón de Oro madera policromada de autor veneciano no identificado, 1587. Palazzo Ducale, Sabbioneta. Colección A.G.A.
Vespasiano
Gonzaga Colonna realizó a lo largo de su vida cuatro viajes a España:
1º. 1542-1545, siendo
un niño, sirvió como paje al príncipe Felipe, futuro Felipe II, junto a quien
recibió clases de matemáticas y formación técnica.
2º. 1545-1548.
Inició su formación en la carrera militar.
Ya en Italia, en 1549 contrajo su primer matrimonio
con Diana Folch de Cardona, hija del virrey de Sicilia, que falleció el 9-11-1559,
al parecer asesinada por su marido.
3º. 1564. Viajó
a España para celebrar su matrimonio con Ana de Aragón y Folch de Cardona, 3ª
hija del duque de Segorbe. De dicho matrimonio nacieron tres hijos: Julia,
Isabel y, el 27-12-1565, Luis, fallecido en 1580. La esposa había fallecido el
10-7-1567 de tuberculosis ósea.
4º 1568-1578. En dicha década prestó servicio de Felipe II que, entre otras comisiones, le otorgó sucesivamente los cargos de Capitán general de Navarra y Guipúzcoa (1571), Virrey de Navarra (1572-1574) y Virrey de Valencia (1574-1578).
Tras su retorno a Italia completó la arquitectura de la ciudad renacentista de Sabbioneta y el 6-5-1582 Vespasiano Gonzaga contrajo matrimonio con su pariente Margarita Gonzaga (1562-1626), de quien no tuvo descendencia.
El 18-11-1577 el emperador Rodolfo II de Habsburgo
elevó Sabbioneta de marquesado a ducado, otorgándole escudo heráldico partido
con águila bicéfala sobre campo de oro en jefe y en punta en campo de azur, el
término LIBERTAS de oro, dos de sus representaciones en el Palazzo Ducale de
Sabbioneta se muestran adjuntas [Affò 1780, 87. P.M.V.G. 2017, 6. Sarzi Amadè
2013, 288. Togliani 2013, 107].
.
08. Artesonado con el escudo de Vespasiano Gonzaga Colonna en la sala de los dardos, en el Palazzo Ducale, Sabbioneta. Colección A.G.A.
.
El 12-5-1585
recibió del duque de Parma en Bolonia, por orden de Felipe II, el collar de caballero
de la Orden del Toisón de Oro.
“El año 1588 Vespasiano Gonzaga representó a España como ministro plenipotenciario ante la Dieta convocada por Rodolfo II en Praga. Fue el último servicio prestado por Vespasiano Gonzaga a la corona española antes de su fallecimiento en Sabbioneta el 26-2-1591, siendo enterrado en la Iglesia de la Incoronata de dicha población, donde se hallan sus restos bajo un altar presidido por su retrato de bronce que, según se repite habitualmente, había labrado en 1579 León Leoni, pero incluyendo en la coraza el Toisón de Oro, el bronce debe de ser posterior a 1585, flanqueado por la Templanza y la Fortaleza, dos de las virtudes que le acompañaron durante su vida [Gil Albarracín 2018, 25-45].
10. Retrato de Vespasiano Gonzaga Colonna, por León Leoni, considerado de 1579, al llevar el Toisón de Oro, la fundición del bronce con dicha condecoración debió de ser posterior a 1585, en la iglesia de la Beata vergine Incoronata. Sabbioneta. Colección A.G.A.
Gran experto en fortificaciones, Vespasiano Gonzaga fue el autor, cuando era virrey del reino de Valencia, del proyecto de fortificación renacentista del frente de tierra de Peñíscola, contando para su ejecución con el ingeniero militar Bautista Antonelli.
Bautista Antonelli (1547 circa-1616), hermano del
citado Juan Bautista Antonelli, padre y tío de otros ingenieros que trabajaron
al servicio de la corona española, fue uno de los pocos ingenieros militares
que han trabajado en todos los continentes conocidos en su tiempo, en Asia al
servicio de la Serenísima República de Venecia, en la defensa de Famagusta
(Chipre) durante el asedio de las tropas turcas de Selim II; y al servicio de
España en Europa, África y América [Gil Albarracín 2019, 39-46].
Amparado por
su hermano Juan Bautista, entró al servicio de España, Vespasiano Gonzaga
Colonna, siendo virrey, lo nombro ingeniero del reino de Valencia, dirigiendo
la ejecución de la fortificación renacentista de Peñíscola, entre otros
trabajos.
Posteriormente realizó cuatro viajes a América, que
le permitieron fortificar buena parte de las costas del continente, tanto en
Brasil como en el Caribe [Gil Albarracín 2019, 106-165]:
1º. 1581-1584. Viaje al estrecho de Magallanes, en el que sufrió dos naufragios,
en el golfo de Cádiz y en la isla de Santa Catalina; no pudo pasar de la costa
brasileña.
2º. 1586-1587. Orden de marchar, junto al maestre de campo Juan de
Tejeda, para proyectar la fortificación de los principales puertos de Indias,
en los mares Caribe (La Habana, Veracruz, Portobelo, Cartagena de Indias,
etcétera) y del Sur o Pacífico (Panamá).
3º. 1589-1600. Nuevo periplo americano para la construcción de las
fortificaciones portuarias, que había proyectado, aprobadas por la corona;
sobrevivió en la inmediación de Puerto Rico a un nuevo naufragio.
4º. 1604-1608. Nuevo viaje de Bautista Antonelli a proyectar la defensa de las Salinas de Araya y otros trabajos de fortificación.
Durante los últimos años de su vida, antes del
retiro (1610-1615), participó en la toma y fortificación de Larache, en la
costa atlántica de África [Duclós Bautista 2001, 36. Gil Albarracín 2019,
138-139. Llaguno Amírola 1829, III, 65].
En sus trabajos, a veces a distancias gigantescas unos de otros, sufrió tres naufragios, demostró la extraordinaria calidad de su ingeniería, que en muchos de sus ejemplos ha sido reconocida con la inclusión en la relación de Patrimonio de la Humanidad por la U.N.E.S.C.O.
La fortificación renacentista de Peñíscola
Las obras del frente terrestre de Peñíscola,
proyectadas por Vespasiano Gonzaga Colonna, enlazaron de Norte a Sur, adaptándose a la
topografía del terreno, con los siguientes elementos: Tijera (Batería de
San Fernando y Punta de San Nicolás), Baluarte real (Batería de Santiago
y Batería del Calvario), Cortina (con portal de San Felipe/Fosc), Medio
Baluarte (Balcón de Pilatos y Cortina de San Felipe o del Socorro) y Baluarte
de Santa María.
Las mismas se desarrollaron bajo la dirección de Bautista Antonelli entre
el 2-11-1576 y el 11-5-1578 o poco más tarde. Le asistieron el maestro de obras
Juan de Ambuesa el sobrestante Baltasar Martí al frente de los más de 600
obreros que llegaron a trabajar simultáneamente en la obra, incluidos 219
picapedreros y 248 peones. En diciembre de 1576 Pedro Duarte fue nombrado
veedor y pagador de los trabajos.
La obra se
inició con la ocupación de una finca del convento de Nuestra Señora de Gracia y
el derribo de algunas casas. Finalmente quedó inconcluso el baluarte de Santa
María.
Vespasiano
Gonzaga visitó las obras de Peñíscola en mayo de 1577, tomando nota de su
elevado ritmo, pues en cuatro meses se superaría el cordón magistral, indicando
al secretario Mateo Vázquez que:
“Sale la más
hermosa fuerça que e visto en ninguna parte”.
Es probable que estuviera avanzada la construcción de la puerta de San Felipe, de Felipe II o portal Fosc, proyectado por Vespasiano Gonzaga siguiendo las directrices establecidas por Sebastiano Serlio para las puertas de las ciudades, rustificando en su cara exterior el almohadillado de sus dovelas mediante bolas, igual que había empleado Giulio Romano en la portada del palacio ducal de Mantua, posible inspiración de la portada de Peñíscola [Balaguer Dezcallar 2015, 3-5. Id. 2019, 233-237. Gil Albarracín 2018, 94-97. Id. 2019, 415].
12. Acceso de la antigua puerta de San Felipe o Portal Fosc desde el interior de la población. Colección A.G.A.
El coste de la obra realizada en Peñíscola ascendió finalmente a 75.081 libras, aportadas casi en su totalidad de los fondos de la Generalitat de Valencia [Gil Albarracín 2018, 98].
Vespasiano Gonzaga remitió a Felipe II junto a dos planos de Peñíscola, sin firma de autoría, un modelo de relieve o maqueta de su fortificación y Felipe II anotaría en su margen que había estado en dicha plaza y conocía el enclave [A.G.S. G.A.: Leg. 90, d. 20, 21 y 22. A.G.S. M.P.D.: 09,057 y 09,059. Gil Albarracín 2019, 414. Hernández Ruano 2014, 48-52].
Vicente Redonat o Redorat recibió diversas cantidades en 1577 y 1578 para esculpir las armas de las esquinas de los baluartes Real y de Santa María, así como el escudo y el letrero situado sobre el portal principal de dicha plaza, que ya se habían colocado en sus respectivos emplazamientos el 11-5-1578, próximo al final de su mandato como virrey, Vespasiano Gonzaga visitó las obras de Peñíscola y admiró sus epígrafes con el texto, entre otros:
14. Balcón de Pilatos, garita situada en un extremo de la cortina de San Felipe o del Socorro. Colección A.G.A.
REYNANDO EL
SIEMPRE VENCEDOR DON PHELIPE SEGVN
DO Y SIENDO SV
LVGARTENIENTE Y CAPITÁN GENERAL
EN ESTE REYNO DE
VALENCIA VESPASIANO GONZAGA
COLONA, PRÍNCIPE
DE SABIONEDA, DVQVE DE TRAYETO
MARQVÉS DE
HOSTIANO, CONDE DE FVNDI Y DE RODIGO
AÑO DE 1578
15. Lápida conmemorativa de la construcción de la muralla renacentista de Peñíscola, esculpida por Vicente Redonat o Redorat. Colección A.G.A.Tras la última
visita de Vespasiano Gonzaga a Peñíscola, antes de abandonar España, se reunió
la Comisión de los 18 y propusieron quitar las lápidas que se habían puesto en
los baluartes y puerta de la plaza, actuación que no fue aprobada por falta de
unanimidad de sus miembros. Si hubo unanimidad en quitarle el sueldo a Bautista
Antonelli.
Pocos días más
tarde, Vespasiano Gonzaga retornó a Italia y nunca más volvería a España, como
se ha indicado.
La tradición atribuye la fortificación renacentista de Peñíscola a Juan Bautista Antonelli, por ser el que más fama alcanzó de los hermanos, dando lugar a que el Ayuntamiento de Peñíscola, deficientemente informado, le dedicara una plaza próxima a las citadas murallas, cuando le debía de haber sido dedicada a su hermano Bautista o a Vespasiano Gonzaga Colonna, el virrey que proyectó la fortificación.
Peñíscola y la penuria del siglo
XVII
Durante la Guerra de Cataluña,
el conde de Oropesa, propuso al monarca el 4-8-1648 desde San Matheo hacer una
media luna ante el frente de tierra de Peñíscola [A.C.A. C. A.: Leg. 605, d. 25/22. A.G.S. G.A.: Leg.
1.680, s. n.; Leg. 1.706, s. n.].
En carta de 1656 Isidoro Sanz, capitán y sargento
mayor, con 34 años de servicio y que hacía más de 6 años que gobernaba la plaza
de Peñíscola, recordó que el marqués de Leganés elevó su guarnición a 100
soldados, llegando a acuartelar un tercio completo; durante el virreinato del
duque de Montalto
se redujo a seis soldados, pagándole de su patrimonio particular los salarios,
el sustento y la munición, pero hallándose con mucha necesidad, no podía
socorrer a [A.C.A. C. A.: Leg. 555, d. 8/30]:
“Los pocos que han quedado, que son los que haçen la
guarda a las puertas”.
La
situación aún empeoró pues en carta del duque de Montalto, virrey del reino de
Valencia, indicó al monarca el 7-9-1657 desde el Real de Valencia, que el
citado Isidoro Sanz [A.C.A. C. A.: Leg. 555, d. 8/35]:
“Oy me escrive que por su persona ha menester
abrir y cerrar las puertas, respecto de habérsele muerto un cabo de esquadra
único que había quedado y sustentaba él de dos años a esta parte”.
Noticia que da testimonio de la penuria alcanzada por el país ocasionando que una plaza de tal importancia hubiera llegado a semejante estado de abandono.
Peñíscola
durante la Guerra de Sucesión Española
El 21-4-1706 Peñíscola,
enclave borbónico a las órdenes de Sancho de Echeverría fue asediado por tropas
austracistas, y la guarnición, saliendo de la plaza, acometió a los atacantes y
le tomó tres piezas de artillería, dos de bronce de a 8 y una de hierro de a
24, balería, pólvora y pertrechos, causándole 50 bajas al enemigo, entre
muertos y prisioneros; de los vencedores sólo hubo un soldado herido [A.H.N. ESTADO: Leg. 287, d. 56].
Febrer Ibáñez recordaría en 1924 que una de las tres campanas de la torre de la iglesia de la Virgen de la Ermitaña había sido fundida con el metal de uno de los cañones tomados al enemigo en la citada salida [Febrer Ibáñez 1924, 21].
Oriundo de Rentería, el mariscal de campo y caballero de Santiago, Sancho de Echeverría y Orcolaga mandó labrar a sus expensas la capilla de Nuestra Señora de la Ermitana, en cuya fachada figura el escudo de dicho aristócrata fechado el año 1712 con una lápida de ocho líneas, dañada por los bombardeos, en la que aún se puede leer:
AEQUIPAR…IBAL DEFENDIT
SANCHIVS VRBEM
CHEVARRI…INVICTVS NOBILIS
ATQUE PIVS
VIRGINIS AV…LIO QVE SOLVM
REBVS IN ARCTIS
TVTAMEN FORTE ET DVLCIE
LEVAMEN ERAT
EXOPTANS III I DIGNAS PERSOLVERE GRATES
EIVS IN OBSECVI[VM] CONSECRA ISTVD OPVS
MVNERA PARVA QVID… MAGNIS ESSE FATETVR
VIT POTE PROM…EICIIS
Su traducción
sería, según indicó Febrer Ibañez en 1924:
“Sancho de Echevarría, varón invicto, noble y piadoso, defendió la ciudad como general valiente y consagró esta obra o iglesia en obsequio y honor de la Virgen Santísima, que fue la que le protegió en todas sus empresas”.
Sancho de Echeverría falleció en Vinaroz el
14-9-1716 abintestato, siendo enterrado el 17-9-1716 en
la capilla que había fundado [A.G.S. G.M.:
Leg. 3.479, s. n.].
Sancho de Echeverria ordenó
el año de 1706, en el curso de la Guerra de Sucesión, que el convento de
religiosos trinitarios calzados de la provincia de Aragón, fundado en Peñíscola
desde hacía más de tres siglos, fuese demolido por interés de la defensa. Los
frailes por considerarlo servicio a la corona, lo acataron, previo depósito de
su imaginería a la parroquia de la población.
Ejecutado el citado
traslado de [A.G.S. G.M.:
Leg. 3.479, s. n.]:
“Las sagradas imágenes de Cristo Crucificado y de María Santísima de la
Gracia a la Parroquial de dicha ciudad, inmediatamente se echó la fábrica a
tierra”.
El deseo del citado
gobernador era que los religiosos permanecieran en dicha población, pero
careciendo de lugar para ello, se trasladaron a un hospicio que tenía la orden
en Torreblanca, con el ofrecimiento del citado gobernador, en nombre del
monarca, que a costa de la Real Hacienda [A.G.S. G.M.:
Leg. 3.479, s. n.]:
“Se reedificaría el convento en sitio que no pudiese impedir la defensa
de la Plaza”.
Los religiosos solicitaron
reiteradamente a Sancho Echeverría la cesión de la capilla de la Virgen de la
Ermitana y que alcanzase licencia para construir un convento en su inmediación,
a lo que éste accedió cuando se finalizara la obra, pero falleció antes.
Felipe V firmó en Madrid
el 20-2-1725 una real cédula que autorizó a fray Ignacio Vicente Zaballos, Provincial de la Provincia de Aragón de
la Orden de Trinitarios calzados a reedificar dicho convento en la Heredad del
Clero, pero no se pudo erigir por falta de medios [A.G.S. G.M.:
Leg. 3.479, s. n.].
Los trinitarios
consiguieron dos décadas más tarde, en Madrid el 7-8-1746, ante el escribano
Isidro Miguel García, que Mariano Fernández de Villanueva Echeverría y Vetia,
heredero del citado Sancho de Echeverría, le cediese el uso de dicha ermita de
Nuestra Señora de la Ermitaña, sin carga ni renta alguna [A.G.S. G.M.: Leg. 3.479, s. n.].
Solicitada autorización a la corona, fue trasladada al ingeniero director Carlos Desnaux, que dictaminó el 12-12-1746 que ante la carencia de cuartel y polvorín que se habría de edificar en la zona que habían solicitado los trinitarios para su convento no se le debería de autorizar. Criterio que fue adoptado por el monarca.
Peñíscola en la estrategia
contra las epidemias
Resulta gran interés la
representación de Peñíscola en el grabado, firmado por Joaquín Giner Grau, que
encabeza una patente de sanidad emitida por dicha ciudad el 18-3-1759, en el
mismo figura la vista de pájaro de la población fortificada desde tierra, destacando
su artillería, asomando en las cañoneras. Corona la población el castillo
templario y la inmediata iglesia de la Virgen de la Ermitana. Protege la
ciudad, sobre nubes, una sacra reunión presidida por la citada Virgen, patrona
de la población, flanqueada por los santos Roque, barbado, vestido de
peregrino, con bordón y calabaza, a quien un ángel le levanta la ropa para mostrar
el bubón que le había quedado de la peste en su pierna derecha, y Sebastián,
representado en su primer martirio, con tres flechas clavadas en su cuerpo. Entre
los ámbitos terrenal y celestial una filacteria ensalza la población, con la
leyenda:
“NOBILISSIMA AC FIDELISSIMA CIVITAS PENINSULAE”.
Este tipo de documentos se generalizaron a partir del año 1720, tras la mortandad causada por la peste de Marsella de aquel año. Su obligatoriedad los convirtió en un eficaz instrumento para evitar que la población del continente europeo volviera a padecer durante los últimos tres siglos el azote de las epidemias de peste bubónica.
Fortificaciones inmediatas
a Peñíscola
La Torreta fue
proyectada, a mediados del siglo XIX en el istmo, entonces yermo, por el
mariscal José Herrera García. Fue erigida al estallar la 3ª Guerra Carlista,
sin tener presente el proyecto propuesto por el citado ingeniero militar. A
causa de la especulación urbanística de la segunda mitad del siglo XX ha
quedado en un callejón, entre edificios anodinos e intereses comerciales que la
acosan y casi la ocultan.
También debe de pertenecer a la segunda mitad del siglo XIX la fortificación titulada el Castellet, fuerte fusilero situado en un extremo de la Sierra de Irta, junto a la rambla de Alcalá, con planta estrellada de nueve puntas, en la que se distribuyen 18 lienzos y 24 aspilleras verticales para fusilería [Giner Sospedra 1996, 42-46].
Las fortificaciones del duque de Maqueda en la costa
del reino de Valencia
La organización de la defensa de la costa valenciana
fue una preocupación creciente conforme avanzaba el siglo XVI, como acredita
que las Cortes de Valencia de 1552 dedicara 17 capítulos a ordenar y reformar
las disposiciones de la guarda costera y de las torres de vigía que le servían
de apoyo [Boira Maiques 2007, 28].
El año siguiente llegó al frente del virreinato de
Valencia Bernardino de Cárdenas y Pacheco (1490-1560), 2º duque de Maqueda,
desde 1542, título que había sido creado en 1529 por Carlos I, y primer marqués
de Elche, creado el año 1520 por el mismo monarca. El nuevo
virrey mostró gran interés por la defensa de la costa de su virreinato,
promoviendo el 15-10-1554 la publicación de las ordenanzas de la guarda
marítima del mismo [https://www.diputaciondelagrandezaytitulosdelreino.es/guiadetitulo/?b.
Boira Maiques 2007, 28. Mateu Ibars 1963, 135].
Asimismo impulsó la construcción del castillo de Lugar Nuevo o Santa Pola, en su señorío ilicitano; también promovió la construcción o restauración de torres, entre ellas, enumeradas de Sur a Norte, la de Aguadulce o del Gerro, la de la Almadraba, del Palmar o del Palmar de la Almadraba, ambas en Denia (Alicante), la de Almenara, y del Badum, en Peñíscola, ambas en Castellón de la Plana, de las que se conservan total o parcialmente lápidas de dicha etapa; aunque pudo haber otras, tratemos de las mismas brevemente.
La torre de Aguadulçe, del Agua Dulçe,
del Arenal, del Cherro, del Gerro o del Xerro, se
halla situada al Sur de Denia, a un centenar de metros sobre el nivel del mar,
debió de ser edificada antes de la conclusión del reinado del emperador Carlos,
siendo virrey del reino de Valencia el duque de Maqueda, entre 1553 y 1556, en
que Felipe II relevaría a su padre al frente de la corona española. Aunque
sería contradictorio con el reinado de Felipe II vigente, algún autor traslada
su construcción al año 1557 [Balaguer Dezcallar 2018, 3].
La torre citada, que fue construida con notable esbeltez, hubo de ser reforzada con un grueso muro escarpado o ataluzado, muestra sobre una de sus dos puertas, la que se abre de cara al mar, una lápida en la que la mala calidad de la piedra en que fue labrada y el paso del tiempo han borrado sus leyendas superiores y las obras de refuerzo del edificio presumiblemente han ocultado la leyenda inferior, que completaría la misma.
La lápida de esta torre presenta un crucifijo, que muestra
una cartela o “tabula ansata” en la parte superior de la cruz, que debe
de incluir el acrónimo, en latín, una de las tres lenguas empleadas en la
tablilla, junto al griego y al hebreo [Juan, 19- 20]:
“Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum”.
Asimismo presenta, acolados sobre el brazo mayor del crucifijo, un águila bicéfala con sus alas exployadas y en losange el escudo del reino de Valencia, en campo de oro cuatro barras de gules, timbrado por corona real abierta, que también aparece sobre cada una de las cabezas de la citada águila. A partir de las garras del águila se sitúa el escudo de los Cárdenas, linaje del duque de Maqueda virrey del reino de Valencia, que mostraba [Mateu Ibars 1963,131]:
“En campo de oro, dos lobos de sable, andantes y puestos en palo; la rama de los duques las acrecienta con bordura de gules, ocho veneras de oro y ocho eses del mismo metal alternando”.
A ambos lados de las garras y del escudo virreinal hubo una leyenda que la erosión ha convertido en ilegible.
El conjunto lapidario, formado por siete piezas de diversas
dimensiones, seis a la vista y la restante, que completaba la lápida con otra “tabula
ansata”, incluyendo el texto bíblico del Psalmo XVI, 8, cuyo texto
veremos, quedaría probablemente oculta por la obra de refuerzo, como podrá
comprobarse con una sencilla cata de comprobación, salvo que fuera retirada
antes de hacer el refuerzo de la torre.
Unos años más tarde de su edificación, Juan Bautista
Antonelli en su informe firmado en Valencia el 30-3-1563 indicó que a esta
torre se le había de hacer una guirnalda [A.G.S. Estado: Leg. 329-I, d. 13. Gil
Albarracín 2019, 1.216].
Tras dicha visita surgirían problemas estructurales, pues el visitador Juan de Acuña indicó a mediados de 1585 que la torre del Agua Dulce o del Arenal [A.C.A. C.A.: Leg. 761, d. 103, f. 36. Boira Maiques 2007, 243, transcribió incompleto este documento]:
“Está edificada en el postrer alto de la costa de la mar que ay hasta la villa de Denia, la qual es redonda y alta, y por ser muy delgada la guarnecieron a la redonda de un muro grueso escarpado de altura de las tres partes las dos, tiene junto a ella una cisterna”.
Testimonio del
que se deduce que ya se había erigido el refuerzo de las dos terceras partes
inferiores de la torre con un tosco muro ataluzado que ha cambiado el alzado de
la torre, logrando evitar su presumible ruina. El muro que abraza buena parte
de la misma probablemente ha permitido que el edificio haya llegado a nuestros
días.
Este modelo de lápida, que también se ha conservado en la torre del Badum de Peñíscola y fragmentariamente en otros enclaves fortificados, como veremos, debió de colocarse en las torres edificadas durante el virreinato del duque de Maqueda, al menos en las erigidas en los primeros años del mismo, coincidentes con el reinado del emperador.
Al desescombrar en 1957 la ruina de la torre de
la Almadraba, del Palmar o del Palmar de la Almadraba, situada al
Norte de Denia (Alicante), apareció una “tabula ansata” de gran interés por
incluir el texto bíblico del Psalmo XVI, 8. Esta torre ha sido
restaurada en las últimas décadas con criterios discutibles [Boira Maiques
2007, 30, 180-181. Sánchez Jiménez 1995, 467].
.
El marco con asas que limita el texto del Psalmo XVI, 8, en esta torre de Denia (Alicante) es similar en continente y contenido, al que aparece en la base de la torre del Badum de Peñíscola, incluyendo en ambos casos el texto:
SVB VMBRA ALAR[VM]
TVAR[VM] PROTEGEM[E]
En la segunda línea de esta lápida se aprecia el
empleo de una tilde o rayita ondulada en la pata de la “R”, para indicar la
abreviatura de las letras que completa el término, como veremos en la lápida de
la torre del Badum, conservada en Peñíscola,
Se debe de tratar de la base del modelo de lápida
que el duque de Maqueda ordenaría colocar en las torres construidas o reconstruidas
durante su virreinato, de las que se han conservado dos ejemplos el de la torre
de Aguadulce o de Gerro, en Denia (Alicante), como se ha indicado, y la torre
del Badum de Peñíscola (Castellón de la Plana), junto a otros fragmentos de los
que tratamos [Gil Albarracín 2009-2010, 23, 30-31, 33].
El citado texto bíblico había sido incorporado por
Isabel la Católica, al escudo de España acompañando al águila de San Juan, como
filacteria o como leyenda perimetral, con la variante de sustituir el “ME”
final, singular, por el plural “NOS”, quedando:
SVB VMBRA ALAR[VM] TVAR[VM] PROTEGE NOS
El fragmento de lápida hallado en 1957, fue donado por
Salvador Gisbert Mestre al Museu Nacional de Cerámica González Martí de
Valencia, que lo ha prestado al Museo Arqueológico de Denia donde lo he podido contemplar
en una muestra temporal, que lo expone, sin indicar su origen, acompañado de
información sobre su donación [Museo Arqueológico de Denia: Información
mostrada junto a la citada lápida].
Respecto a la torre de Almenara Forcada Martí indica
que pudo haber sido construida hacia 1553-1554, durante el virreinato de
Bernardino de Cárdenas y Pacheco, duque de Maqueda, por haberse hallado
partida, en el antiguo cuartel de carabineros existente entre las torres de
Almenara y de Moncófar, una lápida con texto y factura similar a la existente
en la torre del Badum, inmediata a Peñíscola [Forcada Martí 2007, 110-112].
En el fragmento de lápida localizado se puede leer:
HÍZOSE /
EN EL /
… AÑO DE /
… DEL ILUSTRÍSIMO SEÑOR /
DINO DE /
DVQVE DE /
VISOREY Y /
DE ESTE REY/NO
El fragmento de lápida referido es el que
correspondería a la izquierda del calvario, con el escudo del reino de Valencia
acolado sobre el águila bicéfala del emperador Carlos V y, entre sus garras, el
escudo del conde de Maqueda, virrey del reino. La leyenda citada se completaría
con la existente a la derecha del crucifijo y, en su base con el texto latino del
Psalmo XVI, 8, como ocurre en las restantes lápidas conservadas de este
virreinato.
Esta torre había desaparecido a mediados del siglo
XIX, pues en 1861 José Herrera García indicó que la torre de Almenara se
hallaba completamente destruida [A.G.M.M. C.G.D.: C. 6.922. Leg. 5-4-1-2, f.
119v. Gil Albarracín 2015, 120].
Aunque perteneció en el pasado al territorio del castillo de Almenara, al segregarse La Llosa de la misma, quedo en la nueva jurisdicción municipal.
La torre del Badum, también conocida como torre de Abadum, de/l Almadum, de/l Almadún, del Almodum, del Almodún
o del Almudum, es una fortificación presumiblemente islámica, a la que
se atribuye una cronología del siglo XIII, aunque nada se aprecia en la misma
que pueda pertenecer a dicha antigüedad. Lo que se conserva es una torre de
planta circular, ligeramente ataluzada, que probablemente fue erigida de nueva
planta o rehecha en su totalidad el año 1554, con fábrica de sillarejo y
sillería [Almerich 2011, 24. Sánchez Jiménez 1995, 256].
Del siglo XVI conservaba
en su fábrica una lápida, sustituida el año 2014 por una réplica errónea que también
incluye el modelo indicado: sobre un crucifijo en
el Calvario con una “tabula ansata” con el acrónimo latino citado
“I.N.R.I.” que, según San Juan [19, 20], mostró la cruz en tres lenguas.
Asimismo figuran los escudos del reino de Valencia acolado sobre el águila
bicéfala de Carlos I [Monreal Casamayor 2006, 318-320] y, entre sus garras, el
del duque de Maqueda, como se ha indicado, aunque la erosión había vaciado el
contenido, haciendo desaparecer su representación escultórica. Dicho escudo del
duque de Maqueda en la torre del Badum ha sido repuesto en la réplica que ha
sustituido al original. A ambos lados de los escudos se coloca le leyenda que
veremos a continuación y en la base del conjunto se sitúa otra “tabula
ansata” que enmarca también el texto bíblico indicado.
El conjunto epigráfico legible incluye, con las abreviaturas desarrolladas, salvo en la tablilla inicial, las leyendas siguientes:
I.N.R.I.
***
HÍZOSE / ESTOBRA
EN EL / MES
[…] AÑO DE / 1554
DEL ILUSTRÍSIMO / DON BERNAR
DINO DE / CÁRDENA
DVQVE DE / MAQEDA
VISREY Y / CAPITÁN
DE ESTE REYNO / DE VALEN[CIA]
***
SVB VMBRA ALAR[VM]
TVAR[VM] PROTEGEME
El texto latino que aparece enmarcado en “tabula
ansata”, en la base de la lápida, corresponde al Psalmo
XVI, 8, como se ha indicado. El texto correcto de dicha leyenda, el
derivado de la Biblia en su versión latina, lo identifiqué con la lectura de
las letras legibles en el mismo e identificando las que cabían en los espacios
restantes y como tal lo publiqué un lustro antes de que se planteara la errónea
restauración sustituyendo el texto bíblico, de gran valor simbólico religioso y
militar, por otro texto incorrecto e incomprensible [Gil Albarracín 2009-2010,
23, 30-32. Id. 2019, 421-422].
Acerca del texto latino que concluye la lápida desgraciadamente
se han publicado diversas lecturas que no corresponden a la realidad [Pérez
Olagüe, Almerich
2011, 20-21, 24: “Siembra, alarma y
protégeme”. Boira Maiques 2007, 39: “siembra, alar/ma y protégeme”. Forcada Martí 2007: “tierra alarmar protégeme”].
En la leyenda que ha sustituido erróneamente a la original pretendiendo replicarla se ha optado por una fusión entre los textos que ofrecen Almerich, Boira Maiques y Forcada Martí:
I.N.R.I.
***
HÍZOSE / ESTA OBRA
EN EL / MES
AND / 1554
DEL YLTE / D BERN
DINO D C / ARDENA
DVQUE D / MAQEDA
VISREY Y / CAPITÁN
DEL REYN / D VALEN
***
SIEMBRA ALAR
MAR PROTEGEME
25. Lápida original de la torre del Badún, con las armas Carlos I y su virrey, el duque de Maqueda, que ordenó rehacerla el año 1554; bajo ella se sitúa una lápida ansata en la que, a pesar de su deterioro, se puede leer el texto bíblico de Psalmos, XVI, 8. Colección A.G.A.
26. Réplica errónea realizada el año 2014 de lápida de la torre del Badum, bajo la dirección de la arquitecta María Josefa Balaguer Dezcallar, según las directrices de la Dirección General del Patrimonio de la Generalitat Valenciana. Colección A.G.A.
La sustitución la lápida original, para proceder a
su restauración y depósito en el Polvorín del Parque de Artillería de Peñíscola,
se produjo el año 2014. Analicemos brevemente el resultado.
El primer texto es correcto y nada que objetar al
acrónimo latino de la “tabula ansata” superior.
En los textos castellanos que
completan la réplica se han cometido frivolidades y errores gruesos, como
ignorar el texto bíblico en latín que concluye la lápida convirtiéndose en la
base de la misma, pues el texto final, enmarcado en otra “tabula ansata”,
es un invento incomprensible que falsea la
pretendida réplica instalada en la torre, por supuesto sin relación alguna con
el contenido del original bíblico.
La falta de identificación del texto original de la
base de la lápida, ha impedido reconocer que al final de la primera línea y de
la primera palabra de la segunda del texto bíblico se incluyó una tilde o
rayita ondulada en la pata de la consonante “R”, como señal
que marcaba en ambos casos el inicio de una abreviatura. Al inventar el
contenido de dicha parte de la lápida en el texto replicado, ignorando el valor
de dicha tilde, la ha incorporado a todas las letras “R” de la leyenda,
convirtiéndola en un adorno sin valor ni sentido alguno.
27. Detalle del extremo inferior de la réplica errónea colocada a partir de 2014 lugar de la lápida original de la torre del Badum. Colección A.G.A.
En definitiva, se trata de una
muestra evidente del deterioro que sufre el patrimonio histórico, incluso en casos
en que se halla teóricamente protegido, al no incluir la legislación
patrimonial vigente la obligación de incorporar a los proyectos de restauración
un estudio expresamente encargado a historiadores competentes.
La memoria de la actuación en la
torre del Badum incluye una partida para sufragar la participación de [Balaguer
Dezcallar 2018, medición y presupuesto, 2]: “un técnico competente especialista
en conservación del patrimonio (licenciado superior)” que realizara un:
“Estudio histórico sobre la pieza Bien de Interés Cultural que servirá como
base de la restauración”.
El erróneo resultado de la
actuación en la torre del Badum es un ejemplo más de que un técnico, licenciado
superior, salvo que haya realizado estudios históricos específicos, no tiene
cualificación competente, salvo honrosas excepciones, para acometer el estudio
histórico indicado.
El error cometido invalida
criterios tan recurrentes en la memoria justificativa como restauración, puesta
en valor, protección del patrimonio cultural, dinamización de la actividad
turística alegado por la firmante del proyecto de restauración, que no dejan de
ser palabras vacías que encubren la falta de un estudio histórico del bien
sobre el que se quería actuar, indicando que el escaneo de la pieza facilitó
una lectura “científica” que permitió recuperar las partes perdidas de una
leyenda que nunca había tenido esa lápida, salvo en la
imaginación de personas que no han entendido su contenido y menos aún su
simbología [Balaguer Dezcallar 2018, 2-4].
Calificar de “científica”
la identificación de una leyenda incomprensible y errónea para incorporarla a la epigrafía de
dicha torre es un absurdo, pues el carácter científico de un proceso lógico no
es el resultado del empleo de un escáner u otros medios técnicos de reconocida
precisión para demostrar una teoría errónea cuya veracidad resulta imposible de
acreditar, por mucha tecnología que se emplee para lograrlo.
El sentido común, sin tecnología añadida, permitió
resolver el problema, pues el simple análisis de las letras que aún se podían
leer en dicha lápida permitieron identificar la correcta lectura del texto
bíblico, tal como publiqué un lustro antes de que se acometiera la sustitución
de la lápida conservada en la torre del Badum por una falsa réplica, que la ha mutilado
de su valor simbólico, trasladando el original a otro emplazamiento para su
musealización [Gil Albarracín 2009-2010, 23, 30-31].
Según la memoria consultada, el trabajo realizado ha
sido presupuestado en 24.926 euros [Balaguer Dezcallar 2018, 7]. A dicha cantidad,
que ignoro si habrá sido incrementada al ejecutar el proyecto, se habrá de
añadir el coste de la reposición del Psalmo hurtado, para evitar que
perdure el empobrecimiento ocasionado a la torre frivolizando su réplica con la
adopción de un texto incomprensible y de una epigrafía inadecuada.
Dicha actuación ha privado a la torre del Badum de
la doble fuerza simbólica de la invocación religiosa y militar:
- Invocación de la protección religiosa, con el
texto bíblico que figura en la base de la lápida de la torre del Badum y
probablemente oculto en la de Aguadulce o del Gerro, sobre el que se sitúa el
monte Calvario, con el crucifijo, eje de la lápida y símbolo de la religión
propia en la conflictiva frontera de la Cristiandad y el Islam.
- Alegoría de la protección militar, derivada del emplazamiento de la lápida en una fortificación y la presencia en la misma de un águila bicéfala, emblema heráldico del emperador Carlos, con sus alas protectoras.
Actuaciones contra el patrimonio cultural como la
descrita respecto a la torre del Badum no son excepcionales, se pueden añadir muchos
ejemplos [Gil Albarracín 2014, 621-660. Id. 2017 a, 13-17, 22- 31, 50-65. Id.
2017 b, 52-63. Gil Albarracín y Gozalbes Cravioto 2012, 983-1006].
Una situación tan absurda y dañina contra el
patrimonio monumental como la descrita en la torre del Badum y otras es consecuencia
de las legislaciones culturales imperantes en España, tanto a nivel nacional
como autonómico, que incluyen en su articulado la obligatoriedad de que
cualquier intervención en edificios declarados B.I.C. tenga que contar con la
preceptiva memoria técnica firmada por titulado acreditado (arquitecto,
ingeniero o título equiparable), que recibirá por su trabajo la remuneración
correspondiente. Sorprendentemente, a pesar de tratarse casi siempre de bienes de
carácter histórico, no se contempla la obligatoriedad de que se doten de un
estudio, igualmente remunerado, redactado por historiador competente que evite
decisiones disparatadas como la que ha provocado el empobrecimiento de la torre
del Badum y el coste de la nueva actuación que restituya a la misma los valores
que nunca se le debieron mutilar.
28. Torre del Badum, al pie de la sierra de Irta sobre el mar Mediterráneo, al sur de Peñíscola. Colección A.G.A.
Ambas memorias la técnica y la histórica son
complementarias e imprescindibles. La primera está contemplada por la
legislación vigente y acerca de ella solo debo de afirmar que se debe de mantener. Sin embargo resulta imprescindible la inclusión en
la citada legislación de la obligatoriedad de una memoria histórica, que se
encargue a historiadores competentes que con el recurso a las ciencias
instrumentales a su alcance, deben evitar que se produzcan errores, a menudo
disparatados, que obliguen a costosas intervenciones correctoras o, peor aún, se
perpetúen degradando el monumento dañado.
ABREVIATURAS
A.C.A.: Archivo de la Corona
de Aragón.
A.G.M.M.:
Archivo General Militar de Madrid.
A.G.S.: Archivo General de
Simancas.
A.H.C.B.: Archivo Histórico de
la ciudad de Barcelona.
A.H.N.: Archivo Histórico
Nacional. Madrid.
B.I.C.: Bien de Interés Cultural.
C.A.: Consejo de Aragón.
C.G.D.: Catálogo General de
Documentos.
G.M.: Gerra Moderna (Secretaría
de Guerra).
U.N.E.S.C.O.: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (siglas en ingles).
BIBLIOGRAFÍA
AFFÒ, Ireneo. Vita di Vespasiano Gonzaga, duca di Sabbioneta, e Trajetto, marchese di
Ostiano, conte de Rodigo, Fondi, et. Parma: Presso
Filippo Carmignani, 1780.
ALMERICH, José Manuel. Paisajes fortificados. Torres, murallas y
castillos en tierras valencianas. Alzira (Valencia): Edicions Bromera,
2011.
BALAGUER DEZCALLAR, María Josefa. La fortificación
de Peñíscola, obra de Vespasiano Gonzaga y Bautista Antonelli. In Rodríguez-Navarro 2015, I, 3-10.
BALAGUER
DEZCALLAR, María Josefa. Propuesta de restauración de instalación del escudo de
la Torre Badum en el polvorín del Parque de Artillería de Peñíscola. 2018. https://contrataciondelestado.es/wps/wcm/connect/9f240cdf-a2e5-4b9a-9863-914205d2725d/DOC20180928134059anexo+393.pdf?
BALAGUER
DEZCALLAR, María Josefa. La arquitectura de la fortaleza de Peñíscola. Una
lectura a través de su historia material. Castellón de la Plana: Diputación
de Castellón – Servicio de Publicaciones, 2019.
BOIRA
MAIQUES, Josep Vicent. Las torres del
litoral valenciano.Valencia: Conselleria d’Infraestructures i Transport,
2007.
CAVANILLES, Antonio Josef. Observaciones
sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno
de Valencia. Año 1795-1797. Edición facsímil. Estella (Navarra):
Publicación del Seminario de Estudios Económicos y Sociales de la Caja de
Ahorros y Monte de Piedad de Castellón, 1991.
DUCLOS BAUTISTA, Guillermo
y Pedro CAMPOS. Larache, evolución urbana.
Sevilla: Junta de Andalucía – Consejería de Obras Públicas y Transportes, 2001.
FEBRER IBÁNEZ, Juan José. Peñíscola, apuntes históricos.
Castellón: Est. Tipográfica de J. Armengol, 1924. 438 p. Reedición facsimilar,
2010.
FORCADA MARTÍ, Vicente. Torres y Castillos de la Provincia de
Castellón (Síntesis histórico-estructural). Castellón de la Plana: Sociedad
Castellonense de Cultura, 1992.
FORCADA MARTÍ, Vicente. La obra castrense en defensa de la costa
castellonense. Castellón de la Plana: Sociedad Castellonense de Cultura,
2007.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Fortificaciones para la defensa de la costa del reino de
Valencia,
Castillos de España. Publicación de la Asociación Española de Amigos de los
Castillos,
156-159. Madrid, 2009-2010, p. 22-50.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Almería. La plaza de armas: más de un milenio de
fortificaciones. Almería-Barcelona:
G.B.G. Editora, 2014.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. El reino de Valencia en el siglo XIX. El proyecto de
defensa del mariscal José Herrera García. Almería-Barcelona: G.B.G.
Editora, 2015.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Monumentos y disparates. Diatribas patrimoniales. Almería-Barcelona:
G.B.G. Editora, 2017 a.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Fuego, destrucción, sangre y dejadez. El bombardeo nazi
de Almería y otras desgracias. Almería-Barcelona: G.B.G. Editora, 2017 b.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Vespasiano Gonzaga Colonna y las fortificaciones
españolas del siglo XVI. Almería-Barcelona: G.B.G. Editora, 2018.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Los Antonelli. Ingenieros al servicio de España en tres
continentes. Almería-Barcelona: G.B.G. Editora, 2019. 2 tomos.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Imago Mundi. Arte, navegación y salud. Almería:
Ayuntamiento de Almería – Fundación Ibáñez Cosentino, 2020.
GIL
ALBARRACÍN, Antonio. Visita a los puertos españoles de los siglos XVIII y XIX.
Almería-Barcelona: G.B.G. Editora, 2021.
GIL ALBARRACÍN, Antonio y Carlos GOZALBES
CRAVIOTO. Restaurar con pólvora de rey en
Andalucía. Actas IV Congreso de
Castellología. Asociación Española de Amigos de los Castillos. Madrid 7 a 10 de
Marzo de 2012. Coordinación: Amador Ruibal, http://www.castillosdeespana.es/sites/castillosdeespana.es/files/pdf/comun42.pdf, p. 983-1006.
GINER SOSPEDRA, Vicente. Materiales
para el estudio de antigüedades de Benicarló, Peñíscola y Alcalá de Xivert.
Benicarló (Castellón de la Plana): Centro de Estudios del Maestrazgo, 1996.
HERNÁNDEZ
RUANO, Javier. Peñíscola inexpugnable. La
fortaleza y el Mediterráneo desde Carlos V a Alfonso XIII. Vinaròs
(Castelló): 4Colors, 2014.
LÓPEZ-PELÁEZ
CASELLAS, Jesús. Las fortalezas de Dios. Un recorrido por los castillos
templarios de los antiguos reinos de España. Madrid: Espasa, 2018.
LLAGUNO
Y AMÍROLA, Eugenio: Noticia de los
arquitectos y arquitectura de España desde su restauración. Ilustradas y
acrecentadas con notas, adiciones y documentos por Don Juan Agustín Ceán
Bermúdez. Madrid, 1829, 4 tomos.
MASOLIVER
MASOLIVER, Alejandro. Historia del monacato cristiano. Madrid: Ediciones
Encuentro, S. A., 1999, 3 vols.
MATEU
IBARS, Josefina. Los virreyes de Valencia. Fuentes para su estudio.
Valencia: Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia, 1963.
MONREAL
CASAMAYOR, Manuel. De Sermone heráldico II: el águila. Emblemata. Revista
Aragonesa de emblemática, 12. Zaragoza: Diputación de Zaragoza –
Institución “Fernando el Católico”, 2006., p. 289-329.
PARDO
MOLERO, Juan Francisco. La defensa del
imperio. Carlos V, Valencia y el Mediterráneo. Madrid: Sociedad Estatal
para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001.
P.M.V.G. (POLO
MUSEALE VESPASIANO GONZAGA) SABBIONETA. Vespasiano
i Gonzaga Colonna. Un personaggio, 2017. https://www.museisabbioneta.it/images/Download/Vespasiano_Gonzaga.pdf.
RODRÍGUEZ-NAVARRO,
Pablo (Editor). Defensive Architecture of the Mediterranean XV to XVIII centuries. Valencia:
Editorial Universitat Politècnica de València, 2015, 2 vols.
SÁNCHEZ
JIMÉNEZ, Máximo (director coordinador): Castillos,
torres y fortalezas de la Comunidad Valenciana. Valencia: Prensa Valenciana, D. L., 1995.
SARTOR, Mario.
Omaggio agli Antonelli. Considerazioni intorno a tres generazioni di architetti
militari italiani attivi nl Mediterraneo e in America/ Juan Bautista Antonelli
y la definición profesional del ingeniero en el Renacimiento español. In
Omaggio agli Antonelli 2004, p. 23-68.
SARTORI, Giovanni;
LUZZARA, Marcella y Alberto SARZI MADIDINI. Sabbioneta
e il suo territorio. Sabbioneta (Mantova): Associazione Pro Loco
Sabbioneta, 2012.
SARZI AMADÉ, Luca. Il
duca di Sabioneta. Guerre e amori di un europeo errante. Milano-Udine:
Mimesis Edizioni, 2013.
SIMÓ
CASTILLO, Juan B. El castillo templario de Peñíscola, Castillos de España. Publicación de la Asociación Española de Amigos
de los Castillos, 156-159. Madrid, 2009-2010, p. 171-174.
VICIANA, Rafael Martín de. Libro tercero de la crónica de la ínclita y
coronada ciudad de Valencia, compilado por Martín de Viciana, natural de la
villa de Buriana del mismo reino. Valencia: Casa de Joan Navarro, 1564.
Valencia: Universitat de València – Fonts històriques valencianes, 2002. Edició
a cura de Joan Iborra.
VIGANÒ, Marino. Poder, técnica italiana: el virrey Vespasiano Gonzaga y los ingenieros militares Giovan Giacomo, Giorgio y Francesco Paleari Frantino da Morcote en la ciudadela de Pamplona (1571-1637). In Muraria. Navarra: Gobierno de Navarra – Departamento de Cultura y Turismo – Institución Príncipe de Viana, 2005, p. 207-224.






Muy interesante Luciano. UN ABRAZO
ResponderEliminarConocía Peñiscola y sabía que era un pueblo considerado como uno de los mas bonitos de España, e igualmente he tenido ocasión de visitar su castillo , en el que se rodaron varias películas entre ellas creo que la mas importante la del CID.
ResponderEliminarPero el profesor Gil Albarracín, nos ha dado una serie de datos históricos y nos ha explicado con todo detalle toda la historia de la " fortificación de Peñiscola" y de la " Torre de Badum" y unas estupendas fotografías de las murallas y del interior del castillo .
La fotografía del escudo heráldico del monarca Felipe V, es impresionante y me ha encantado.
Hace bastantes años que tengo la suerte de conocer al Señor Gil Albarracín , a través de la Casa de Almería en Barcelona y he asistido a muchas de sus conferencias.
Tengo también algunos de sus libros publicados, relacionados con la provincia de Almería , con su dedicatoria incluída y los que conservo con satisfacción.
Siendo yo Presidente de la Asociación, tuvimos la suerte de escuchar algunas de sus conferencias , en una de nuestras comidas mensuales " día del socio"
El señor Gil, tiene una deuda conmigo ( encontrar alguna referencia al apellido CARRICONDO), espero que alguna vez lo consiga.
Muchas gracias por su publicación y muchas gracias también a nuestro amigo Luciano , por adaptarla a nuestro blog.
..