lunes, 29 de abril de 2019

El motorista en la circulación

EL MOTORISTA EN LA VIGILANCIA DE LA CIRCULACIÓN

Septiembre del Año 1974.- Revista de la Guardia Civil número 365
Por Manuel Fernández Romero.- Teniente Coronel del Cuerpo.

Cuando se trata de pensar en la vigilancia de la circulación surge inmediatamente la idea de que la fuerza que tenga que desempeñar esta misión deberá tener MOVILIDAD y hay que buscarle el vehículo apropiado.
En el estudio de ese factor se llega rápidamente a una conclusión: la MOTOCICLETA es indispensable para determinados servicios.

LA MOTOCICLETA

La motocicleta que llene las necesidades de una adecuada vigilancia de la circulación deberá ser:

-  Una motocicleta veloz que permita llegar rápidamente a los puntos conflictivos.
-       Una motocicleta potente que permita llevar todos aquellos elementos que se precisan en el servicio (radioteléfono, sirena, linterna, botiquín, talonarios, etc.).
-       Una motocicleta de presencia, que dé prestancia y categoría.
-  Una motocicleta segura que permita prestar el servicio en carreteras diferentes o en condiciones meteorológicas desfavorables (lluvia, frío, viento etc.).
-      Una motocicleta robusta, con pocas averías y de larga duración.
-      Vemos, pues, que la motocicleta que el guardia precisa es una motocicleta cara, de solvencia y de marca acreditada, y no podrán tenerse en cuenta, como determinantes para elegirla, su coste barato de compra o su poco consumo.

Varias son las marcas que se han impuesto entre las policías de tráfico del mundo, pero sobre todo predominan: en el área americana, la Harley; en el área asiática, la Honda, y en el área europea, la BMW, sin despreciar otras, como la GUZZI italiana, que no desmerecen junto a las anteriores. Todos los modelos adoptados son de motor de cuatro tiempos, consumo de gasolina y gran potencia, con una serie de elementos, como parabrisas, intermitentes policiales, sirena, radioteléfono, etc., que las complementan, dándoles, además de efectividad, vistosidad y prestancia.































































Adoptada ya la motocicleta como vehículo idóneo para las misiones de vigilancia del tráfico, se le descubren rápidamente otras ventajas:

-        Es el único vehículo que puede adelantar, por estrecho que sea el arcén,   aprovechando las aceras o colocándose entre los vehículos en los casos   de embotellamiento por congestiones del tráfico, accidentes, etc.
-    Es el único vehículo capaz de permitir invertir en breves segundo, el   sentido de la marcha.
-     Es el único vehículo que permite disociar la pareja de servicio sin que   ninguno de sus componentes pierda su movilidad.
  Es el único vehículo apropiado para determinados servicios, como escoltas a competiciones deportivas, personalidades o transportes especiales.
-        
No debe, pues, extrañarnos que la motocicleta para determinados servicios haya sido adoptada por todas las policías de tráfico del mundo, desde países fríos como puedan ser Suecia o Canadá, hasta países tropicales como puedan ser Tanzania o Nigeria, a pesar de algunos inconvenientes que presenta, como pueden ser:

-       Su peligrosidad en caso de accidente.
-       Su poca protección ante las inclemencias del tiempo.
-       Su coste elevado al precisar dos vehículos por pareja.
-   Su poco espacio para acoplarle los elementos que el guardia de trafico debe llevar.

EL MOTORISTA

Vistas las  ventajas e  inconvenientes  que  puede  presentar  la  motocicleta,  hemos  de  buscarle   el factor  más  importante,  el guardia que  la  maneje.



 El MOTORISTADeberá ser joven, decidido, amante del riesgo y del deporte, conocedor de su profesión, de su vehículo, del medio en que va a desenvolverse. Cortés en el trato, firme en sus decisiones, generoso en sus prestaciones.

Si muchas veces hemos oído decir que en dondequiera que la Ley deba ser observada, el orden mantenido y la autoridad del Estado preservada, allí aparece el guardia civil, no cabe la menor duda que esto no podría hacerse hoy si no existiera junto al caballero del tricornio el caballero del casco, que tan bien sabe de soles de verano y fríos de invierno, de sacrificios sin fin y de muerte en cumplimiento del deber.
Si el guardia rural ha llegado a ser un elemento del paisaje, el guardia motorista es un elemento imprescindible para la seguridad de la circulación.

FORMACIÓN DEL MOTORISTA



El personal que integre esta especialidad deberá tener una gran preparación para:

-       Conducir adecuadamente su vehículo.
-       Quedarle capacidad suficiente para observar la circulación de los demás.
-       Conocer las leyes y reglamentos de tráfico
-       Saber regular y ordenar la circulación.
-       Tratar de forma correcta al ciudadano.
-       Prestar los auxilios que sean necesario
-       Instruir las diligencias precisas.

Por todo ello, en todos los países, en escuelas especiales y siguiendo cursos de distinta duración, se dedica una especial atención a la formación de este personal, que en algunos de ellos es la base del servicio de tráfico. Las demás especialidades son complementarias.
Podríamos decir que el motorista en los servicios de tráfico es lo que la Infantería en el Ejército, es el que ocupa y domina la carretera. El que aparece en el cambio de rasante peligroso o tras la curva sin visibilidad, el que ayuda en la desgracia y denuncia la conducta peligrosa.




Precisa, por consiguiente, una gran preparación física, y no es raro encontrar en la policía de tráfico de distintos países  grupos acrobáticos que dominan la motocicleta a la perfección, como el de Berlín, Méjico o Buenos Aires, o que participan en competiciones deportivas con brillantes resultados, como el equipo de la Agrupación de Tráfico de Madrid. Cuando se piensa en algún servicio de honor o de escolta que tenga que tener movilidad hay que recurrir al motorista, como ocurrió en la última estancia del Caudillo en Barcelona, en que por primera vez le escoltaron fuerzas que no fueran de su Casa Militar, lo hicieron los motoristas de la Agrupación de Tráfico del Cuerpo de dicha Ciudad.
El motorista es una fuerza de élite, y vamos a ver manejando cifras de 1968, recopiladas de entre las facilitadas por distintos gobiernos a las conferencias sobre seguridad en el tráfico de Kyoto (Japón) en 1970, la proporción de motocicletas para los servicios de tráfico en distintos países.



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