Cedidas por nuestro buen amigo y compañero Julián Ruiz-Cantabrana Díez
RADIO TRICORNIO VIEJO
Sabéis que "Radio Tricornio Viejo", era el cauce por el que publico algunas anécdotas o sucedidos en la Guardia Civil, durante mi vida en este Benemérito cuerpo, principalmente durante los años que viví en Casa-Cuarteles con mi padre, Cabo 1º y Sargento Comandante de Puesto durante mis años anteriores a ingresar yo en el Cuerpo, que lo hice en Enero de 1957.
Como se creía que terminaba la pandemia y finalizaría nuestro confinamiento, di por finalizado este medio de comunicación. Pero vemos que esto se prolonga ¿Hasta cuándo?, ni se sabe, por lo menos mientras dure este nefasto Gobierno, por lo que he decidido seguir contando alguna anécdota de aquellos años, para que nos sirva de contacto y entretenimiento
Por suerte o desgracia, mas bien por desgracia de entonces, a mi padre le tocó desde que terminó la guerra civil, estar destinado en diversos pueblos de diferentes provincias., menos en la que deseábamos. La Rioja, de donde somos toda la familia.
Corría
el año 1950 cuando mi padre, Cabo 1º. fue destinado desde la localidad de
Pozoblanco (Córdoba) a una aldea de Fuenteovejuna también de Córdoba. Os
preguntareis y por qué fue destinado. Os lo explico : En aquella época Sierra
Morena estaba infectada de “bandoleros” o maquis” y aquel año , una partida de unos 15 bandoleros
ocuparon dicha aldea, rodeándola para que nadie entrase ni saliese, haciéndose los dueños de todo el pueblo, y
después de mantener tiroteo con varios vecinos que no pudieron secuestrar, al
final se conformaron con secuestrar al hijo de una familia de labradores y se
lo llevaron con ellos, pidiendo posteriormente rescate y soltándolo después de
varios meses.
¿Como vivimos en aquella aldea?, A fuer de ser sincero, vivimos estupendamente, la gente maravillosa, nos recibieron como de la familia., tendría la aldea unos 200 habitantes, todos agricultores, muy familiares. Mi padre fue al mando de 5 guardias civiles solteros. Nosotros teníamos alquilada una casa de labranza y los 5 solteros vivían en otra que hacia las veces de cuartelillo y se organizaron en un “imperio” como llamaban entonces, para las comidas, lavado de ropa y todo lo demás. El destacamento tenía a su cargo además de aquella aldea, otras 3 sitas unos 4 kilómetros unas de otras y varios cortijos aislados.
Allí como os podéis figurar no había tiendas, solo un par de bares y un “latonero” buen artesanos para arreglar sartenes, cazos y pucheros, por no haber no había ni panadería. Cada familia o bien tenía su horno en el patio de casa o usaban uno colectivo que había en el pueblo y que al fin usábamos nosotros también. Los vecinos como cosechaban trigo, lo llevaban con el carro o a lomos de caballerías a la fábrica de harinas que había en otra aldea mayor sita a unos 4 kilómetros y hacían el trueque de trigo por harina. . Todos tenían gallinas, conejos, huerta, y hasta olivos y cereales. Ah, se me olvidaba, periódicamente iba una pescatera con una burra desde la localidad cercana de Peñarroya llevando sardinas y otros pescados para vender por las casas.
Y nosotros y los guardias ¿que teníamos?, pues aparte de ganas de comer, tuvimos que ir arreglándonoslas para adquirir otras cosas, para no tener que depender solamente de LA CARNE Y EL CHORIZO QUE NOS MANDABA ALONSO VEGA desde la carnicería de Noreña, que por cierto había que ir a por ello todos los meses a Córdoba capital, teniendo que hacer varios trasbordos en autobús. Así que nos hicimos con gallinas, conejos, cerdos, e incluso nosotros una cabra para que nos diera leche. Comprábamos algún saco de trigo a algún vecino y con una burra que nos dejaba una señora, ahí tenéis al amigo Julián, periódicamente yendo a cambiar el trigo por harina en la citada próxima fábrica. Y se compraba pescado cuando lo había. De comer no faltaba, al revés era muy abundante, carne de cerdo, jamones ibéricos de pata negra (de bellota) chorizos y morcillas a tutiplén, leche, huevos, carne de conejo , pescado etc. y cuando iban a Córdoba debían traer especialmente garbanzos , lentejas y arroz. El aceite no faltaba, pues había en la demarcación varios “molinos” de aceitunas.
Bueno
, algo os he contado de este periodo de mi vida ( de13 a 16 años) y estancia en
aldea de Sierra Morena, No se si os aburriré con estas cosas, pues vosotros
también habréis tenido vuestra historia. Hoy doy por terminado este relato, que
PUEDO CONTINUAR CON MAS ANECDOTAS: como llegamos hasta allí, como eran mis estudios, en que nos divertíamos,
como hacíamos la fiesta de El Pilar etc,
etc . Si os parece que merece la pena y siga detallando estas cositas,
para entretener y mantener el
contacto... Un abrazo
…..Cantabrana



Muy bien redactado, se merece un fuerte aplauso para Julián Ruiz-Cantabrana Díez
ResponderEliminarUn cordial saludo
Juan Fernández Parra
Me ha encantado mucho el relato Julián y te doy las gracias por ello,(a Luciano por publicarlo) desde luego todos tenemos vivencias pero los que sois hijos del Cuerpo muchas más en lo relativo a la vida en casas cuartel.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Pedro de Miguel Astorga
Gracias Julián por esas vivencias que nos has contado y que a mí particularmente me han encantado , y muy bien explicadas por cierto.
ResponderEliminarLos que hemos vivido en una casa cuartel , primero como niños y luego como mayores, hemos sufrido todas esas carencias de aquella época.
Yo recuerdo como los niños nos comíamos las "algarrobas que le ponían a los caballos en el pesebre, junto a la paja", que incluso el Guardia encargado de los mismos, tuvo que quejarse al Comandante de Puesto que les quitàbamos la comida a los caballos.
Que tiempos dífíciles pasamos los años 40-50, pero a pesar de todo y no se por qué " los recordámos con alegria" e indudablemente los niños eramos muy felices a pesar de todo.
Julián , nos hiciste recordar nuestra niñez y por un momento olvidarnos " de nuestra vejez" GRACIAS.
Muchas gracias Julián por hacernos recordar esas vivencias tuyas y que al mismo tiempo son las mismas, para los que hemos vivido en nuestra niñez en una casa cuartel.
ResponderEliminarMe han encantado y muy bien explicadas por cierto con todo detalle .
Teníamos muchas carencias , pero a pesar de todo y sin saber porque ERAMOS MUY FELICES.
Fueron unos años muy difíciles , aquellos 1940.50, para todo el mundo y por supuesto para la Guardia Civil que teníamos un sueldo de 433.33 pesetas al mes y que nuestro padres tuvieron que hacer milagros para poder alimentarnos.
Yo recuerdo que los niños del Cuartel de la Guardia Civil de Caniles ( Granada), año 1946, ( les quitábamos las algarrobas a los caballos de los pesebres y que se estaban comiendo con la paja), que incluso el guardia encargado , se quejó a mi padre que era el sargento comandante de Puesto, de que los niños les quitábamos la comida a los caballos .
Es triste , pero era una realidad.
Te doy las gracias Julián por que por un momento nos hicistes volver a nuestra niñez y olvidarnos de nuestra vejez.