lunes, 6 de septiembre de 2021

Cosas de la Guardia Civil y el saludo militar

 

RADIO TRICORNIO VIEJO

Cedido por nuestro buen amigo y compañero Julián Ruiz-Cantabrana Díez

Todos nosotros, unos más que otros como es natural, hemos tenido una vida ajetreada durante nuestros años en activo en la Guardia Civil. En esa vida transcurrida en varias localidades de España, como es natural hemos tenido muchas situaciones pintorescas en nuestro trato diario con personal de diferentes estamentos, razas, situación social etc. y como es normal todos tenemos algu9na anécdota o sucedido curioso que forma parte de nuestra pequeña historia, que si juntando todas, hacen una gran historia de la Guardia Civil.

Hoy os voy a contar dos anecdotillas que ocurrieron en mi vida de joven, cuando vivía con mis padres, él Guardia Civil.

En el año 1946 y 1947 mi padre estaba destinado como guardia 2º en la ciudad de Alcoy (Alicante), gran ciudad muy industrial en aquella época y creo que actualmente también. Como referencia os puedo decir que en dos de esos años había un equipo de futbol, el famoso ALCOYANO que estaba en primera división, yo como os podéis figurar era fanático de este equipo.

Pues bien en el año 47 mi padre aprobó la convocatoria para el ascenso a Cabo. Para mi aquello fue una explosión de alegría y creerme el hombre más feliz ¡¡Mi padre Cabo¡¡ como el que mandaba el Puesto. Cuando salía a dar una vuelta por la ciudad, yo empecé a acompañarle pues tenía unas ganas enorme de que nos tropezáramos con algún Guardia para que se cuadrase delante de mi padre y le saludase como el hacia con su cabo. El primer día que salimos, pasada media hora, vi venir un Guardia en nuestra dirección, y tengo que deciros que me puse nervioso y empezó a acelerárseme el corazón pensando : 

“Ahí viene un Guardia”,  a ver como saluda a mi padre. Y cuando llegó a nuestra altura, en vez de saludarle, lo que hizo fue decirle “Enhorabuena Cantabrana por el ascenso” y se dieron un abrazo. Yo quede un poco atónito, vaya disciplina que había, eso no era justo. 

Pasados unos días, durante otro paseo, otro Guardia conocido ,de un puesto cercano (había en la ciudad 2 puestos de guardia civil) llego también a nuestro altura y lo mismo  “enhorabuena Cantabrana a ver si hay suerte en el destino”  y el consiguiente abrazo. Aquello ya se iba poniendo feo, vaya Cabo que era mi padre, no le hacían ni caso, era igual que antes cuando era guardia. Estos nos pasó varias veces más y a mí me parecía que a  mi padre, le tomaban el pelo y que nunca sería como el Cabo jefe del puesto, que todos le saludaba  y se ponían  sus órdenes.

Pero e aquí que salió el destino de mi padre como nuevo Cabo y fue destinado a la localidad de Pozoblanco en la provincia de Córdoba. Localidad también importante, pertenecía a “zona que llamaban de bandoleros”, y por ello había más de 60 guardias destinados. Hay amigo, aquí cambio la cosa para mí, el primer día que salí a dar una vueltecita con mi padre, yo iba pensando a ver si allí había algo más de disciplina, y  ¡¡efectivamente  allí la había. Al poco de salir de paseo nos tropezamos con un Guardia y el hombre paso a nuestro lado saludando muy enérgicamente a mi padre y diciéndole “a sus órdenes”, ¡¡cómo debía ser¡¡, casi me cuadro hasta yo y me daban ganas de devolver el saludo como hizo mi padre. Como os podéis figurar en sucesivos días, y como en la localidad había bastantes guardias, los encuentros con mi padre eran frecuentes y siempre como es normal se saludaban reglamentariamente. Mi espíritu se tranquilizó y vi que mi padre era también un Cabo y que la disciplina era lo normal entre todos, lo que me lleno de entusiasmo por la guardia civil. Entusiasmo que me dura todo el resto de mi vida. He de confesar, que yo siempre fui el “hijo del Cabo”, pues creo que mi padre estuvo en esa categoría unos 13 años, yo ingrese en la Guardia Civil y mi padre seguía siendo el Cabo.

Fin de este pequeño relato, respecto a la reacción de un niño ante el ascenso a Cabo de su padre.. ¡¡COSAS DE LA GUARDIA CIVIL¡¡

Reglamento para el Servicio (cartilla de la Guardia Civil


Artículo17. El saludo militar, fiel exponente de la instrucción de una tropa, exige que el guardia civil, como soldado veterano se distinga al practicarlo con la máxima corrección y exactitud, cuanto previene el reglamento táctico para saludar a las Banderas y Estandartes, Jefe de Estado, generales, Jefes, oficiales y suboficiales de los ejércitos de tierra, mar y aire.
El gobernador civil de la provincia tendrá el mismo saludo que los jefes. La fuerza que preste servicio en especialistas saludara a los jefes de hacienda y empleados periciales del cuerpo de aduanas de los respectivos distritos cuando vistan de uniforme

 

 


El saludo militar 


constituye expresión de respeto mutuo, disciplina y unión entre todos los miembros de las Fuerzas Armadas. Se efectuará por el de menor jerarquía y será correspondido por el superior. Entre los de igual empleo el saludo se practicará de acuerdo con las reglas dictadas por el compañerismo y la buena educación”.


Esto dicen nuestras Reales Ordenanzas. Se cumple con gusto y se imita con frecuencia. No es un gesto de subordinación que se realice para dejar claro quién manda. El saludo es mucho más. Encierra hermandad, compañerismo, disciplina y unidad.

Sus orígenes son conocidos, aunque hay distintas versiones.

Como signo de amistad y paz que se manifestaban los hombres de armas al encontrarse levantando la mano derecha indicando no portar arma en ella. Como signo de cortesía y de estima cuando los caballeros se descubrían antes del combate   llevándose la mano derecha a la altura del yelmo mostrando la cara al adversario.


Hay otro antecedente más cercano a nosotros.


En el siglo XVII existía la costumbre de recordarse, entre oficial y soldado siempre que se encontraban, la obligación que habían contraído de fidelidad y lealtad al monarca y a la fe católica. Se expresaba volviendo a hacer el gesto cristiano del juramento que habían hecho sobre los colores del Regimiento: levantar la mano derecha hacia el cielo, índice, pulgar y corazón (representando las tres personas de la Santísima Trinidad) ampliamente separados.

Era una forma de recordarse mutuamente su común ideal, sin ser, en aquella época, signo de respeto o subordinación. Este es, a mi juicio, el origen del saludo actual. De ahí también la forma de ejecutarlo, “consiste en llevar la mano derecha a la prenda de cabeza” ya que al levantar la mano hacia el cielo los dedos rozaban el borde de la prenda de cabeza y no solían pasar de ahí. El ejército polaco es el único que todavía conserva este modo de saludar con los dedos.

Ese es el sentido del saludo, el recuerdo de la misión y del ideal común, del juramento que los une a la bandera a la cual sirven.

Decía nuestro reglamento: “Es la mirada lo que da al saludo su valor real; el inferior debe mirar francamente a su superior a los ojos”. Estoy aquí, fiel, dicen los ojos del soldado. Cuenta conmigo, responden los del oficial.

Unidad, hermandad, poder contar uno con el otro; ser lo mismo y estar dispuesto a morir por la misma causa. Ese es el verdadero sentir del saludo militar y por tanto grave falta no realizarlo o no responder al mismo.

Todos los ejércitos lo imponen con firmeza y entre ellos se respeta e intercambia. Es el culto a la caballerosidad y al honor militar de cualquier soldado.


En la Legión se dice con sentido del humor que “a todo lo que se mueve se le

saluda y lo que está quieto se pinta de blanco”. Mejor pasarse que quedarse corto.

Y es en la Legión donde he encontrado la mejor expresión del saludo militar:

“El saludo del legionario es el más enérgico, el más airoso y más marcial que pueda desearse. Espera impaciente a que llegue el Jefe a su altura, y en el momento debido levanta la mano, que clava en la gorra, mirándole al mismo tiempo.

La mirada brilla con fiebre, es fija y recta a los ojos del mirado. Es también de ofrecimiento interrogante para su Jefe; dice: “Mándeme”.

Algo más que un gesto de cortesía. Es un austero gesto que encierra la regla fundamental de esta hermandad militar, guerrera y heroica: la unión entre todos sus miembros en la entrega al servicio de la Patria.

Con ese hondo significado les envío mi más enérgico saludo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

  

2 comentarios:

  1. Amigo Julian : He leído con mucho interés todas las anécdotas que nos vas mandando a través de nuestro blog y que a los que hemos nacido y criado en un cuartel de nuestra Guardia Civil, nos resultan muy familiares.
    Son muchas las vivencias que recordamos con añorancia y el recuerdo de ver siempre a nuestros padres vestidos de uniforme y la admiración , el respeto y cariño que les teníamos .
    Me viene al pensamiento lo ocurrido cuando mi padre se retiró y unos de mis hermanos , el mas pequeño dijo " el papá se ha vestido de hombre" y claro es que siempre lo vió vestido de uniforme y estaba muy extrañado.
    No dejes de mandarnos noticias a ( radio tricornio viejo) que las vamos a leer con mucha atención.
    Gracias Julián y un abrazo

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  2. No me gusta " pegarle patás al diccionario", como vulgarmente se dice y rectifico que donde dice (AÑORANCIA DEBE DECIR AÑORANZA)

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